Por Flor Mascioli*
Series sobre la vida real ha habido muchas. Algunas, han repasado las historias de los personajes más polémicos del deporte, de la música y de la farándula. Pero hasta el momento, ninguna había mostrado los detalles, las generalidades y las experiencias más comunes de la convivencia en pareja.
El paso de los años, la rutina, los compromisos, las obligaciones, los malos días y las discusiones son, en la mayoría de los casos, los reponsables de cualquier separación o al menos, de replanteos que tienen que ver con ponerle fin a cualquier tipo de relación de pareja.
Laurita Fernández y Tomás Fonzi le pusieron la piel a dos jóvenes de 30 años que, desde hace siete, conviven en un departamento de la ciudad de Buenos Aires y comparten su día a día, como cualquier pareja.
En la serie, a medida que pasa el tiempo y cada uno crece personal, profesional e individualmente, la elección de haber apostado a convivir bajo el mismo techo comienza a verse replanteada de un lado y del otro. Obligaciones, rutina y desencuentros son solamente algunos de los obstáculos que debe enfrentar esta pareja que comienza a preguntarse, cada día, si es una buena elección seguir apostando a la convivencia.
Sin dudas, y más allá de la ficción, la rutina de cualquier pareja siempre suele verse afectada por los conflictos personales y propios de la vorágine de la vida diaria. Lo que ocurre es que cuando eso impacta en la convivencia, comienzan a surgir replanteos que movilizan hasta los principios más estables.
Laurita y Tomás Fonzi empiezan a detestar cada una de las cosas que alguna vez los enamoraron y el vaivén de sus conflictos personales deteriora cualquier tipo de contacto: el físico, el emocional y el social.
A lo largo de la historia que cuenta "Inconvivencia", la pareja va atravesando una serie de etapas y momentos que ponen en duda el hecho de seguir apostando en una pareja que no crece, no evoluciona y que ha sido víctima del estancamiento que puede generar la rutina en todas sus formas.
Durante esta historia, la frescura de Laurita se hace notar, y se pone en la piel de una psicóloga recién recibida que se cuestiona día a día si está al lado de la persona que soñó tener toda su vida y que quizás, personalmente, también atraviesa una crisis personal y laboral. En este replanteo mutuo, queda claro que la búsqueda de una respuesta o de, al menos, una certeza, se hace esperar.
Cada capítulo de la serie nos muestra el intento de los personajes por conservar la pareja y mantener "viva" la llama de un noviazgo que ya no acepta las diferencias del otro ni comparte las similitudes que alguna vez los enamoró. La serie muestra cuántas cosas están dispuestos a perder y cuántas a ganar, solo con tal de comprender si convivir vale la pena.
Infidelidad, desencuentros, mentiras y hasta enojos, son algunos de las escenas que deberán atravesar para poder entender si seguir conviviendo puede ser bueno para ambos. Y ahí es cuando se replantean -y los que hemos visto los diez capítulos completos también- si vale la pena intentar cambiar al otro o a nosotros mismos, solo para conservar lo que tenemos. ¿Lo lograrán?
¡Mirá el trailer!
*Licenciada en Comunicación Social y Locutora Nacional de Radio y TV
