Se conoció finalmente el nombre de quien será el encargado de tomar las riendas de la economía en el gobierno de Alberto Fernández. El elegido es Martín Guzmán, un heterodoxo que aboga por una negociación rápida por la deuda con los acreedores externos de la Argentina, pero con postergación de los pagos para antes reactivar la actividad.
Guzmán es platense y forma parte desde hace muchos años de la materia Moneda, Créditos y Bancos que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP.
Además, Guzmán es colaborador del estadounidense Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, y uno de los académicos en los que siempre se referenció Cristina Fernández de Kirchner al hablar sobre el endeudamiento externo, el rol del FMI -del cual es uno de sus críticos más acérrimos-, y la cuestión geopolítica internacional.
Días atrás, Guzmán propuso postergar por dos años el pago de intereses de la deuda soberana, mediante un acuerdo con acreedores y también estirar los plazos de pago para el capital de esos compromisos. La iniciativa va en línea con lo que viene esbozando Alberto Fernández de primero crecer para poder pagar.
La idea de Guzmán incluye llegar a un acuerdo lo más pronto posible con los acreedores privados y despejar de este modo la incertidumbre que envuelve a la deuda argentina. Además, no volver a tomar deuda del FMI, a quien ya el país le debe la mayor parte de los u$s57.000 millones del acuerdo stand by firmado por la administración de Mauricio Macri. De ese préstamo, resta que el organismo multilateral desembolse u$s5.400 millones más otros u$s11.000 millones previstos para 2020.




