A pocos días de asumir, parece quedar bastante clara cuál es la idea económica de Alberto Fernández.
Es una visión a medio camino entre Kicillof y Prat Gay. Martín Guzmán coincide con Prat Gay en algo clave: el equilibrio fiscal es importante. Dicho en criollo: no se puede gastar más de lo que ingresa. Macri ya hizo el ajuste más fuerte, y Guzmán tratará de sostener ese avance.
Kicillof no cree en eso: a él no le importaba el déficit fiscal. Entiende que eso no tiene consecuencias dañinas para la economía. Es una postura heterodoxa bastante extrema.
Pero Guzmán se aleja de Prat Gay en cómo instrumentar ese "equilibrio fiscal". Prat Gay creyó en la posibilidad de taparlo con endeudamiento, mientras que Guzmán lo tapará con una fuerte suba de impuestos.
Hagamos un ejemplo número simple: si ahora se recauda 6 y se gasta 6 (situación de equilibrio), la idea de Guzmán será preservar el equilibrio pero de otro modo. Por ejemplo, que se gaste 8 y se recaude 8.
Guzmán cree que esos dos puntos de aumento del gasto pueden dinamizar el consumo y por ende la actividad económica. Básicamente sería una suba del gasto para jubilaciones, AUH y subsidios a créditos productivos.
Como contrapartida, habrá perdedores: suben Bienes Personales, Retenciones (anunciado a través del Boletín Oficial este sábado), y los gobernadores presionan por aumentar nuevamente Ingresos Brutos.
La idea es que el impulso positivo de aumentar el gasto (supuestamente dará mayor consumo) le gane al impulso negativo de subir impuestos (desincentiva la inversión y las exportaciones). Es una vieja discusión de la teoría económica.
El corazón del programa de Guzmán es éste: subir levemente gastos e impuestos, manteniendo un equilibrio presupuestario. Guzmán cree que este nueva distribución traerá una reanimación más rápida de la economía. Lo importante para destacar es que no habrá un impulso fiscal populista como con Kicillof: será leve y prudente. Gradual.
Guzmán habló varias veces en su conferencia de llevar "tranquilidad" a la economía. El cepo, para eso, ayuda. Pero esta nueva distribución de gastos e impuestos ya trae enojos. No es gratuita. En el campo están muy preocupados con el nuevo esquema de retenciones. Además, actualmente no tienen un dólar tan devaluado como hace seis meses. Para muchos no será fácil cerrar números.
Las pymes, bendecidas en el discurso por Alberto Fernández, podrían ser afectadas por la suba de Ingresos Brutos, y también por el regreso de la doble indemnización para despidos sin causa. Esto también cayó por sorpresa en la Unión Industrial, quienes no imaginaban una medida tan extrema.
En definitiva, Guzmán y Kulfas tendrán que intensificar sus clases de "equilibrismo" para conservar la calma de todos los sectores, sobre todo de aquellos que serán afectados negativamente por las nuevas decisiones.
