Como cualquier familia tipo, trabajaron todo el año y en los primeros días de la nueva década partieron entusiasmados hacia Sur.
El Ford Fiesta Bordó tomó la ruta 29 y partió en dirección a General Belgrano con los tres hijos de la pareja (Tomás, Matías y Juan Cruz), más de cincuenta kilos de equipajes y mucha ilusión. Pero en el medio se perdieron en la nada.
Desde hace diez días, a los Aranda parece que se los tragó la tierra, ya que los familiares y amigos perdieron todo tipo de rastros y contactos.
Según informaron desde Ranchos, la última vez que se pusieron en contacto estaban en la localidad de Río Azul en la Provincia de Río Negro.
Teniendo en cuenta que la comunicación con los familiares era rutinaria y constante, la preocupación por lo que pudo haber pasado es cada vez mayor.
Con la expectativa de no llegar a tener el mismo final, la situación rememora lo ocurrido con la familia Pomar, integrada por cuatro ocupantes que habían salido de vacaciones en un Fiat Duna Weekend y se terminaron accidentando en la ruta 41.
Aquel episodio ocurrió a finales del 2009 y la policía estuvo 24 días investigando y buscando sin poder encontrar a las víctimas que terminaron siendo halladas por un jinete de la zona.
Hoy, a poco más de diez años, todos esperan que no se trate de otro caso similar y siguen esperando con ilusión la aparición de la familia de Ranchos, que comenzó a ser buscada por la policía rionegrina.
