Paciencia y prudencia son la "doble P" que pregona el gobierno en el discurso y la acción económica. Hay un par de situaciones que están jugando favorablemente en el comienzo de año.
Por un lado, el dato de inflación de enero fue mejor de lo previsto (2,3%), y eso parecería desterrar el temor de una escalada inflacionaria. Inclusive, no pocos economistas temían entrar a un escenario hiperinflacionario. En paralelo, el cepo brinda una estabilidad de la moneda a corto plazo que es indiscutible. Es otro soplo de oxígeno con el que cuenta Alberto Fernández.
Pero no todo será color de rosas para la recuperación económica. Hay dos piedras: la deuda y las tarifas. En el primer caso, toda la responsabilidad está puesta en Martín Guzmán, a quien nadie debe envidiarle la pesadísima mochila que porta en sus espaldas. La tercera semana de marzo será el punto cúlmine: los bonistas decidirán si aceptan o no la propuesta argentina. Semana de máxima tensión.
El otro escollo es más "local": qué hará el gobierno con las tarifas. Su electorado espera que el presidente apunte contra las energéticas y no traslade el costo inflacionario y devaluatorio a las boletas de luz y gas. Pero esa intención tiene un límite muy concreto: el FMI. El Fondo se ha mostrado comprensivo con el nuevo gobierno, pero pretende que haya señales de austeridad en el gasto público. El dato fiscal de enero, que arrojó un aumento del déficit, despertó alguna preocupación en el organismo. Por lo tanto, si congelar las tarifas implica un aumento del gasto en subsidios, la ecuación se vuelve bastante compleja para dejar a todos contentos.
El tema de la paciencia es clave. A fines del 2019, ningún economista esperaba un buen 2020. La inflación estará entre el 30 y el 40%, y se pronostica una recesión del 1% (más leve que las del 2018 y 2019).
El foco del gobierno debe estar puesto en la primavera 2020. A partir de septiembre ya tendrían que verse la mayoría de los casilleros económicos en verde. A Macri le llevó 11 meses empezar a mostrar algunas señales de recuperación: recién en noviembre de 2016 se empezaron a despertar la mayoría de los sectores. En mayo del 2017 ya tenía a todos los rubros en expansión y eso le permitió llegar bien perfilado a las elecciones legislativas.
Por eso, moderar las expectativas de la población no es algo menor. Paso a paso.
