Un sinsabor reina en Alberto Fernández: la inflación general de febrero volverá a mostrar un número para festejar (posiblemente 1,8%), pero reina cierta preocupación por el rubro alimentos y bebidas, que al parecer volverá a situarse cómodamente por encima del 3%.
Fernández entiende que la misión del gobierno estuvo cumplida para moderar estas subas: congelar naftas, tarifas y dólar. Por eso, le pasó la pelota y la culpabilidad a los empresarios grandes del rubro alimenticio. Los llamó "pícaros", "especuladores" e "irresponsables".
Paradójicamente, Kicillof esbozó hace más de una semana una interpretación alternativa del problema de la inflación. Se puso "a la derecha" de Alberto y minimizó la responsabilidad del sector privado en el aumento de los precios.
Estas palabras fueron emitidas cuando presentó el programa "Comprá Cerca". Allí, el gobernador manifestó que Precios Cuidados no es una iniciativa "anti-inflacionaria", sino que su objetivo es "coordinar expectativas" y "brindar información de precios de referencia al sistema productivo, comercial y las familias".
"En contextos de alta inflación y turbulencias, se pierde referencia y eso es lo peor que puede pasar. No puede pasar en una economía capitalista que la gente no tenga una noción de los precios. La dispersión de precios no le sirve a nadie. Los comerciantes no ganan. Ellos toman decisiones defensivas en un marco de incertidumbre y volatilidad", sorprendió Kicillof, casi pisándole los talones a cualquier economista de Cambiemos.
En efecto, aquí Kicillof parece mucho más cercano a la realidad: la inflación no se genera por los "picaros", sino que algunos "pícaros" pueden aparecer cuándo ya hay alta inflación y se aprovechan del desorden.
Pero más allá de estas diferencias o matices, no debería reinar la desesperación del gobierno por los precios. Enero dio bien y febrero aún mejor. Si a partir de marzo, la inflación mensual es siempre del 2,5% (una proyección no totalmente optimista), la inflación anual se ubicará en el 33%, 20 puntos por debajo de la de 2019. Y también algunos puntos por debajo de la inflación esperada por el mercado (40%).
