El petróleo, un insumo y un precio clave de la economía mundial, se desplomó este domingo por la noche en los mercados mundiales a raíz del fracaso de las negociaciones entre los principales miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para renovar el acuerdo de cuotas de producción que vence a fines de marzo.
Mientras la OPEP proponía realizar un recorte adicional de 1,5 millones de barriles de producción por día (un millón por parte de los miembros del cartel, y medio millón por parte de los demás productores petroleros, entre ellos Rusia), para contener la fuerte caída que se viene dando casi sin interrupciones desde enero, los representantes de Arabia Saudita no estuvieron de acuerdo en volver a limitar su nivel de producción, actualmente en 9,7 millones de barriles diarios. Incluso se especula que Arabia podría aumentarlo hasta 30%, a más de 12 millones de barriles diarios.
Eso, sumado a la fuerte caída de la demanda mundial por el impacto del coronavirus, hizo que el precio del West Texas Intermediate (WTI, una variedad de la costa oeste de EEUU) cayera un 23%, a 32 dólares el barril, y el Brent (variedad del mar del Norte) cayera más de 29%.
Es el colapso de precios más importante desde la guerra del Golfo, en 1991. Esto es, la caída más fuerte en casi 30 años.
El probable aumento de la producción global se da en un contexto de colapso de la demanda. Las importaciones de China han caída masivamente y la fortísima reducción en el transporte internacional de cargas y de pasajeros, uno de los sectores de mayor demanda de combustible, no tiene por el momento perspectivas de reversión.
En los últimos años, además, el fuerte aumento de la producción norteamericana de petróleo 'no convencional', ha reducido las importaciones de EEUU que, por supuesto, no es miembro de la OPEP.