Economía argentina post coronavirus: no podremos usar las "vacunas" del resto del mundo

Opinión 15/03/2020 . Hora: 08:33
Economía argentina post coronavirus: no podremos usar las ”vacunas” del resto del mundo

Así como el coronavirus afecta principalmente a quienes ya tenían problemas de salud previos, en la economía mundial ocurre algo similar. Las turbulencias financieras golpearán con más crudeza a los países más vulnerables. Argentina, por supuesto, es uno de ellos.

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Los países centrales aplicarán una vacuna similar a la de la crisis del 2008: inyectarán liquidez en el mercado para apuntalar el consumo, bajarán impuestos y otorgarán créditos accesibles a todas las empresas. En la jerga económica, se tomarán medidas "expansivas" del gasto público.

Desde ya, eso no es gratuito. Puede tener el costo de generar un "calentamiento de los precios", o directamente de iniciar procesos inflacionarios. En ese momento, cuando la economía ya se haya recuperado de la recesión, la vacuna será la inversa: subir la tasa de interés para moderar la moneda circulante y fomentar el ahorro.

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En otras palabras, los países centrales se preocupan en una primera etapa por la recesión (y toman medidas expansivas), y luego en una segunda etapa suben la tasa para "enfriar" esos estímulos y que no se vuelquen a los precios.

ARGENTINA Y SUS VACUNAS

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El problema de Argentina es muy evidente. Ya estamos en recesión y con inflación elevada. Esas vacunas "por etapas" parecen ridículas para nuestro país. Tenemos múltiples enfermedades.

Los últimos 60 años de Argentina han sido de recurrentes enfermedades económicas: defaults, inflación crónica, déficit fiscal, recesiones recurrentes, saltos devaluatorios, corridas cambiarias, etc. Por lo tanto, muchas de las recetas que usan el resto de los países sanos no parecen causar efectos positivos en nuestra economía. Los remedios ya no son eficaces.

El gobierno no tiene margen para expandir el gasto público. Al contrario, Guzmán (pre-coronavirus) estaba haciendo malabares para reducirlo con el menor daño posible. Tampoco parece haber margen para reducir impuestos. Inclusive, muchos de ellos fueron elevados a partir de la Ley de Solidaridad Social. En medio de una durísima negociación de la deuda externa, Argentina no puede dar señales de irresponsabilidad fiscal.

Por el perfil ideológico del gobierno, es muy posible que este año no haya un ajuste fiscal adicional. Argentina posiblemente conviva algunos años más con el famoso déficit fiscal. Esto quizás ayude a suavizar la recesión, pero generará presiones por el lado de la inflación en caso de que el gobierno decida cubrir ese bache con más emisión monetaria. 

La otra opción para evitar una recesión más aguda es la que están siguiendo los demás países de sudamérica: devaluar fuertemente la moneda. Por lo bajo, los industriales comenzarán a sugerir esta idea. Y por supuesto también los exportadores agropecuarios. Pero el peligro evidente es que nuevamente se dispare la inflación, y con ella la pobreza.

Más que seguir los consejos de Joseph Stiglitz, Guzmán tendrá que empezar a tomar clases con el mago Emanuel para desatar las contradicciones de nuestra economía.

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