Luis es de Berisso, pero de lunes a sábados, de manera ininterrumpida, viaja a La Plata para abrir su peluquería ubicada en diagonal 77 entre 6 y Plaza Italia.
A casi dos meses del aislamiento social, preventivo y obligatorio, no puede brindar su servicio como tantos otros de la ciudad y la soga económica en el cuello comienza a apretar cada vez más.
"La situación de los peluqueros como la de los demás comerciantes es complicada en este momento, porque no podemos generar ingresos y los impuestos los tenemos que pagar igual. Ni hablar de los colegas que tienen que afrontar el pago de los sueldos a sus empleados y los alquileres. Por suerte este no es mi caso, pero al ser una peluquería chica todo cuesta más", dijo Luis en diálogo con laplata1.com.
"Es desesperante, porque al no ser un servicio esencial, tengo que mantener las persianas cerradas; lo cual me provoca malestar e incertidumbre ya que no sé cuánto tiempo más voy a estar así", agregó.
En cuanto a la demanda de trabajo que mantenía previo al inicio de la cuarentena, Luis se muestra preocupado por lo que pueda suceder post confinamiento. 'Es una incógnita saber si van a volver o no; a mí peluquería vienen de distintos puntos de La Plata, y muchos usan el transporte público para trasladarse. Sumado a que cuando podamos retomar la actividad, pienso que les va a costar acostumbrarse a las nuevas medidas que tengamos que tomar'.
No obstante, muestra un grado de optimismo y piensa que 'de a poco va a ir retomando la actividad, pero esto va a llevar tiempo. Creo que sí tomamos las medidas necesarias, cómo por ejemplo, dar turnos espaciados, utilizar tapabocas, alcohol en gel, y desinfectando las herramientas de trabajo constantemente, podríamos reabrir las puertas. Pero no depende de nosotros'.
