Mientras los dueños de la avícola ubicada en 26 y 696 mejoran sus ganancias por el aumento del precio del huevo, los vecinos de Ignacio Correas sufren la peor invasión de moscas de la que tengan memoria. 'Parece que nadie limpia, no están retirando la materia fecal de las gallinas', contó uno de los afectados.
'Es impresionante, ayer y hoy se puso imposible. Acá tengo un aparato para matar moscas eléctrico, tiramos el polvito rojo, ya probamos todo pero no se puede vivir', contó Guiellermo Pierestegui, vecino de Ignacio Correas.
Los habitantes de esta localidad vienen sufriendo desde hace años problemas ambientales generados por la avícola ubicada en 26 y 696.
Ya recurrieron a la justicia, llamaron al SENASA, al OPDS, al municipio, hicieron festivales, cortes de calle y muchas otras actividades para exigir soluciones.
A pesar de que recibió numerosas clausuras el predio sigue funcionando a pleno y cuenta unas 100 mil gallinas ponedoras en tres naves con tan sólo 14 empleados.
Como no se realizan las tareas de limpieza y la extracción de la materia fecal toda la zona se llena de moscas.
'Tratamos de tener la casa oscura y todo cerrado pero las moscas siempre encuentran un lugar para entrar. Salir afuera a comer algo directamente es imposible, la verdad es que es un asco', señaló Pierestegui.
Sin importar las infracciones, la avícola sigue funcionando igual. Los vecinos ya no saben a quién recurrir. En el barrio circula el rumor de que la empresa está vinculada al intendente de una localidad vecina y que por eso 'nadie hace nada'.
En la justicia se tramita una causa para exigir la clausura definitiva.
'Ha venido el SENASA y los inspectores nos dijeron que era un desastre. No sacan el guano ni tratan como corresponde a las gallinas muertas. Técnicos nos dijeron que hay un alimento que se les puede dar para que la materia fecal no atraiga a las moscas pero es muy caro', explicó el vecino.
Ante esta nueva invasión, decidieron hacer llamamos en forma masiva al 147 para realizar la denuncia. 'Vinieron agentes municipales y parece que la volvieron a clausurar. Pero estando clausurado de noche igual hay mucho movimiento de camiones, no les importa nada', comentó Guillermo.
'El año pasado, en el cumpleaños del pueblo vino Garro. En un momento cortaron la torta y se llenó de moscas. Todos empezaron a decirle lo difícil que se hace vivir así, la gente está podrida', remarcó.
El problema es tan grande que vecinos que viven a 8 kilómetros de la avícola se quejan por la presencia de las moscas. Esta invasión ya generó una desvalorización inmobiliaria de la zona. 'Yo quiero vender para irme a vivir a La Plata pero quién me va a comprar la casa llena de moscas', se lamentó Guillermo