Agostina comenzó a construir su propia casa y se mudó hace poco más de un año con su marido a 41 y 135, en pleno barrio de San Carlos.
Desde que reside en su nuevo hogar, debe convivir con un gigante poste de madera instalado por una empresa de telefonía e internet, que entorpece el acceso y la salida de su vehículo en su propio garaje.
En diálogo con LAPLATA1.com, la mujer contó que 'empezamos a construir en diciembre de 2018, y a partir de ahí comencé con el reclamo, quedaron en llamarme y nunca lo hicieron; fui a la empresa después de cuatro meses, y empezaron a contactarse conmigo para tratar de solucionar la problemática. Según ellos el poste estaba bien ubicado, pero yo no iba a diseñar mi casa en función de un poste de luz o lo que fuere, sino en función de lo que me diga un arquitecto'.
'Al tiempo volví a insistir y me dijeron que se podía sacar, pero que corría por cuenta del frentista. En ese momento (2018), me pedían cincuenta mil cuatrocientos pesos, porque me dijeron que era un poste ramal, y que tenía un montón de cables subterráneos, por lo que yo tenía que hacerme cargo de esa suma', agregó.
'Fui a la Defensoría del Pueblo, me derivaron a Defensa del Consumidor, pero no hubo solución. Les dije que no me llamarán más porque no pensaba pagar para que me sacaran el poste; quiero tirarlo, pero no quiero confrontar con los vecinos', aseguró.
Por último, Agostina remarcó el fastidio propio de tener que lidiar con esa problemática todos los días; 'tengo que abrir un portón de 5 metros para sacar un auto, y las maniobras que tengo que hacer son muchas, porque lo tengo enfrente de mi casa. Además del poste, tengo la linda que ocupa más lugar. Voy a esperar un poco más, insistiré, pero no lo quiero más en mi casa'.
