¿Se terminó lo que se daba? Eso parece verse en las calles de La Plata. La ciudad está desbordada, se ve a simple vista. Circulación de autos por doquier, controles que no dan abasto por la cantidad de vehículos; avenidas reencontrándose con el color habitual que solían tener previo al confinamiento, y el ciudadano manejándose libremente por su barrio.
El confinamiento ya no se respeta, el trasladarse solamente hasta el comercio de barrio quedó en la nada; los colectivos son utilizados por platenses que no son esenciales, el uso del barbijo quedó en el olvido, y así podríamos seguir. La gente se cansó.
Ahora bien, los pro cuarentena están enojados, y con razón. Si ellos cumplen con los protocolos indicados por el Gobierno Nacional; ¿por qué deben bancarse este desborde?
Ni hablar de los comerciantes, que buscan desesperadamente volver a abrir para generar un mínimo ingreso y llevar un plato de comida caliente a sus casas. Saben que el año está perdido, pero la vuelta para paliar un poco esta crisis se hace eterna.
Asimismo, desde Provincia tampoco dan respuestas; no hay presencia del Ministerio de Seguridad montando operativos, y el municipio solo no puede.
La foto que grafica la nota fue tomada por un platense que, indignado, la viralizó en las redes sociales cuando se dirigía a su puesto de trabajo.
El futuro en la ciudad es incierto, ni hablar en el país, y en este contexto de incertidumbre, el intendente local había manifestado su decisión de abrir el espectro, en diálogo con un matutino local. La idea era liberar rubros por el cansancio de los vecinos, pero todavía no sucedió. ¿Pasará?...




