Se trata de Rocío, una vecina del barrio de Tolosa. Tiene 28 años y se contactó con LAPLATA1.com para denunciar la poca atención que recibió por parte del SAME.
En primer lugar, nos contó cómo supo que tenía coronavirus: "Me enteré que tenía COVID en mi trabajo que es en un geriátrico y ahí hicieron testeos y me mandaron para mi casa, me dieron los resultados y desgraciadamente me dio que era positivo. Yo no sé cómo me contagié, el único lugar en el que me relacionaba era en mi trabajo porque en mi casa hacíamos una compra por mes, y con eso nos íbamos manejando".
Además, reveló que en su lugar de trabajo, "en los últimos días, hubo abuelos que levantaron temperatura pero en ese momento se consideraba que para llamar al SAME tenías que tener 38 grados de fiebre y los abuelitos siempre tenían menos que eso. Y después me enteré que empezaron a considerar a 37 grados como uno de los síntomas".
EL ABANDONO DEL SAME
Además, Rocío le contó a LAPLATA1.com que el SAME no les dio demasiada atención: "Un 22 me hicieron el test y un 24 me dieron el resultado y ya ahí yo ya estaba en mi casa. Me llamó mi jefe diciéndome que me iba a acompañar y después de eso me quedé todo el tiempo en casa, llamamos al SAME para avisar lo que estaba pasando, ellos me tomaron los datos del grupo familiar y me dijeron que iban a hacer un seguimiento que nunca se realizó porque solamente me lo hicieron los últimos días como para ver cómo estaba y después me dieron el alta. Luego de eso yo me quedé un par de días más en casa, todavía no empecé a trabajar".
Rocío también reveló lo siguiente: "El día que me avisaron que tenía coronavirus, mi hermano le avisó a mis vecinos, ellos buscaron la forma de que vinieran a desinfectar el barrio porque nosotros avisábamos al SAME y no nos daban mucha bola y mis vecinos, por suerte, pudieron hacer que vengan a desinfectar la zona. Y ahí me enteré que en mi barrio hubo más casos. Llamamos muchas veces al SAME, queríamos que hagan testeos a mi familia y nunca les hicieron testeos a ellos y al saber que yo tenía coronavirus, nos aislamos todos".
Por otro lado, explicó: "desde el SAME, a lo últim,o nos dijeron que el protocolo ya estaba hecho para las personas que tuvieran fiebre o algún síntoma, pero si no teníamos síntomas no iban a venir a hacer testeos. Cuando me dieron el alta, con mi pareja habíamos hablado que nos gustaría donar plasma pero resulta que solamente yo puedo donar plasma porque necesitamos tener los resultados que confirmaran que yo tuve coronavirus. Así que llamamos por teléfono y dejé mis datos para cuando necesiten me van a convocar a donar".
CÓMO VIVIÓ EL ENCIERRO
Rocío le contó a este diario cómo se sintió luego de contraer el virus: "La verdad es que me sentí muy acompañada por mis vecinos sobre todo, ellos me ayudaron un montón durante los días de encierro, me llamaban y me preguntaba cómo estaba, gracias a Dios fui asintomática y estuve bien, en mi casa somos cinco personas, yo me encerré con mi pareja, porque era la persona con la que tenía vínculo estrecho. Mi mamá estaba en su cuarto, mi hermano en el comedor".
Asimismo, reveló: "En el momento en el que estuve aislada fue raro, porque uno depende de otro, no querés molestar, durante los 14 días vino uno de los chicos del comedor del barrio y nos dejaban tuppers con comida para que tengamos, gente de la Iglesia nos consiguió mercadería. Los días se hacían largos, mis vecinos me llamaban constantemente para ver si necesitábamos algo, pero tratamos de manejarnos con lo que teníamos".
En esta misma línea, le contó a LAPLATA1.com que mientras estuvo aislada en su casa "tratábamos de acompañarnos como grupo familiar. Al principio es frustrante depender de otra persona: desde cocinar, frustrar, compartir algo, hablar... pero después uno lo va llevando de otra forma. Al principio estábamos en la pieza, mirábamos tele, nos alentaban los vecinos y eso nos hizo sentir muy acompañados, nos ayudó un montón, eso no me lo voy a olvidar nunca. Después de que en mi barrio se enteraron todos que había un caso, ninguno fue prejuicioso, todos acompañaron un montón, eso es algo muy importante. La gente de la Iglesia nos consiguieron mercadería".
Por último, dejó una gran reflexión: "Ni bien me enteré que tenía coronavirus, supe que lo primero que quería hacer era donar plasma. Me gustaría que mucha más gente se anime a eso y ayude. Una persona que dona son muchas personas que se pueden salvar o mejorar".




