
Normalmente, las personas que trabajan como limpiavidrios en La Plata ofrecen el servicio, y a veces, piden por una moneda, o "una ayudita". Pero en este caso puntual que ocurrió en la esquina de 44 y 31, se dio un pedido insólito, inusual, y pocas veces escuchado en los semáforos de la ciudad.
"Quiso limpiarme los vidrios; yo viajaba con las ventanillas bajas, se acercó, y le dije muy amablemente que no. Hasta le agradecí. Pero inmediatamente metió su cabeza dentro del auto y me pidió falopita. Dale, tenés falopita, me insistía", le dijo Jesús, el conductor del vehículo a LAPLATA1.com.
"Le indiqué que no se acercará por cuestiones sanitarias dado el momento que atravesamos, y se fue enojado, insultando y tildándome de fantasma. Un desubicado. Y no me pasó solamente a mí, le viene sucediendo a varias personas que pasan por esa esquina", agregó.