A partir de la próxima fase de la cuarentena, donde habrá menores restricciones y más actividades habilitadas, los gobiernos empezarán a mirar con otro enfoque las variables.
Tanto los gobiernos municipales, como el porteño, bonaerense y nacional, advirtieron que será muy difícil limitar la circulación de personas como ocurría en las primeras semanas de la cuarentena. Esa mayor circulación de personas (sea por motivos económicos, psicológicos o físicos, por ejemplo), empujará a un mayor número de contagios.
Desde el próximo lunes, por lo tanto, el número de contagios no será el motivo determinante para decidir si a futuro se intentan nuevas restricciones.
Solamente preocupará el ritmo de contagios si afectan a las dos variables verdaderamente sensibles: la cantidad de muertos y el nivel de ocupación de camas.
Si estas dos variables se deterioran significativamente, allí sí se implementará el "stop" que comunicó Axel Kicillof esta semana: volver para atrás.
En el caso de las camas de terapia intensiva, el nivel de ocupación no creció como marcaban las proyecciones tanto en territorio porteño como bonaerense. De todas formas, sí hay hospitales y municipios más afectados que ya empezaron a necesitar las derivaciones de pacientes con Coronavirus.
Esta semana, incluso, el propio gobernador estuvo recorriendo el Centro de Asistencia de la República de los Niños de La Plata, donde de forma inminente empezará a recibir pacientes leves con Coronavirus. El grado de utilización de esas camas (399 en total en nuestra ciudad) será un termómetro del avance de la curva de contagios.
Otro dato que se mira con atención es el número de positividad de los contagios; es decir, cuántas personas dan positivo sobre el total de personas hisopadas. Ese número aún sigue alto (superior al 30%), lo que demuestra que todavía hay una alta circulación del virus. Pero, como se dijo, lo que guiará las decisiones serán los fallecidos y la situación de las camas.