De a poco se va a armando el rompecabezas de lo que planea el gabinete económico como "modelo de país". Y Guzmán ya advirtió un requisito indispensable: acumular reservas en el Banco Central.
¿Pero por qué acumular reservas? Las reservas son un "seguro" ante cualquier shock negativo. Es un colchón de dólares que permite tener margen de maniobra si algo sale mal. También reduce el riesgo soberano; es decir, permite "señalizar" al resto del mundo que sos solvente si contraes deuda.
Guzmán agregó otro motivo nada menor: tener un buffer de dólares garantizará que no haya problemas con las importaciones. Si Argentina crece, la industria y los consumidores importan bienes del exterior, y eso implica una salida de dólares. Por lo tanto, un programa de crecimiento tiene que asegurar la presencia de dólares para contrarrestar esa mayor demanda sin recurrir a una restricción o regulación de las importaciones como ocurrió entre 2012 y 2015.
¿Pero cómo hacer para acumular dólares? La clave será un crecimiento sostenido de las exportaciones. Para ello será importante que el dólar no quede muy barato. Hay que seguir micro-devaluando como viene haciendo el Banco Central. Es una estrategia que siguió Asia: impulsar las exportaciones, y que esos dólares que ingresan sean comprados por el Banco Central. Esa compra del Banco Central presiona al alza del dólar. Por lo tanto, se cumplen paralelamente tres fenómenos: se impulsan las exportaciones, se sostiene un dólar alto y se acumulan reservas con esas compras.
Es lo que hizo el Banco Central a partir del último mes: más microdevaluaciones y más reservas. Es también la estrategia que usó Lavagna desde el 2002: un dólar muy alto y acumulación de reservas a partir del boom de las commodities.
Por supuesto, esta estrategia también presenta sus dificultades. En primer lugar, no es tan fácil impulsar las exportaciones de un día para el otro. Lavagna tuvo la ventaja de que los precios de nuestras materias primas se dispararon. Entonces no hacía falta un crecimiento de las cantidades exportadas. En segundo lugar, las microdevaluaciones actualmente son fáciles de hacer por la vigencia de un cepo muy duro. Cuando eso se vaya descongelando, ese "timing" ya es más complejo pues habrá más jugadores en el mercado y con más "cartas".
Y, por último, una política de acumulación de reservas a partir de microdevaluaciones también corre el riesgo de recalentar la inflación y deprimir los salarios en dólares de los trabajadores urbanos.
Por lo pronto, el Banco Central ya empezó silenciosamente con esta estrategia lavagnista. Todavía es muy prematuro para saber qué alcance tendrá. Pero es un giro para mirar de cerca.
