Guadalupe se reinventó. Sobrevive como puede al efecto económico que provocó la pandemia, y busca permanentemente escaparle a la crisis.
Su futuro estaba en Brasil, al menos por un tiempo. Y ya instalada en el vecino país, la llegada del coronavirus la depositó nuevamente en Argentina.
"Dejé todas mis horas del Centro de Educación Física en Ensenada y me escapé un mes antes a Brasil, previo a que explote todo por la pandemia. Me tuve que volver, me quedé sin trabajo y sin las clases en los centros deportivos donde estaba en La Plata. Allá daba yoga en una posada, y llevaba una vida totalmente distinta a la que tenía acá", le dijo la profesora de Educación Física a LAPLATA1.com.
"Me fui a Brasil porque siempre me gustó, conecté mucho con los brasileños. Me gustó mucho la calidez de su gente, su cultura, y demás. Fui con la intención de revalidar mi título, me salía muchísimo dinero, pero tenía la intención de hacerlo. Se desató la pandemia, y mi familia me llamó para que me vuelva, diciéndome que iba a explotar todo", agregó.
La vuelta a la normalidad no fue la esperada en La Plata. Su trabajo habitual no lo podía ejercer, lo perdió. Y la necesidad imperiosa de generar ingresos, la llevó a incursionar en un mundo totalmente desconocido: la venta de disfraces infantiles (Tu Disfraz Preferido en Instagram).
"La idea de los disfraces fue para sobrevivir. Hace 4 meses que estoy encerrada y empecé a moverme porque necesito trabajar sí o sí. Estoy a la espera de recuperar las horas de clase que perdí, y apuntando a este micro emprendimiento que de a poco va tomando vuelo", precisó la joven de 32 años.