Diego Cagna se convirtió en entrenador del Pincha en 2012 bajo la presidencia de Enrique Lombardi. Llegó para reemplazar a Juan Manuel Azconzábal. El inicio del ciclo fue muy bueno pero cuando el equipo debía consolidarse y despegar todo se derrumbó abruptamente. "Teníamos un buen equipo y yo creía que con dos refuercitos podíamos mejorar pero me trajeron jugadores que yo no había pedido (Kevin Rendón y Alessio Innocenti) y ninguno de los dos jugó un partido" afirmó el hombre que logró 8 triunfos, 7 empates y 11 derrotas en el club.
El ex futbolista de Independiente y Boca le apunta principalmente a Sebastián Verón que, en el medio de su ciclo como técnico albirrojo, asumió como director de fútbol. La relación entre ambos nunca se ensambló y estuvo marcada por la indiferencia. Invitado por el programa televisivo "Jaque y Mate", en uno de sus anuncios, Cagna se refirió a ese proceso. "Sebastián para mí se manejó mal. Yo soy de la idea de ir de frente. Si no me queres , no hay problema pero decímelo de frente. No andes escondiéndote. Soy de esa filosofía". Y luego contó cómo fueron esos meses de convivencia en el predio de City Bell. "Al principio nos saludábamos y me decía estuve en Barcelona viendo entrenamientos. Te los voy a dar. Y después no sé porque se le cruzaron los cables y no me saludó más. Obviamente no me quería y me tuve que ir" sentenció en el envío que se emitirá este domingo a las 12 horas por por Somos La Plata.
Evidentemente la falta de comunicación fue un factor determinante en una relación que nunca pudo consolidarse. No había química entre el entrenador de Estudiantes y el secretario técnico de ese momento y a Cagna todavía le dura la bronca. '"No me parece lógico ni normal que una persona no te salude. El saludo es respeto. Yo estuve en la selección con él, nos llevábamos bárbaro. Un día vino Alayes porque mi representante salió a declarar sobre Verón y como Sebastián no venía a hablarme, le tuve que decir a Alayes todo lo que pensaba sobre él para que se lo transmita. Me gusta decir las cosas de frente y me hubiese gustado que él hubiese venido a decirme 'no te quiero' pero en la cara".
Más allá del paso del tiempo la relación en algún punto se sostiene aunque ahora desde otro lugar. Verón es el presidente albirrojo y Diego Cagna un simple padre que concurre al predio de City Bell a observar como juega su hijo al fútbol. "Cuando voy al country a ver a mi nene, a veces me toca bocina, otras no pero si me lo cruzo y me saluda, seguramente vaya a hablar con él. No tengo ningún problema. Tiene esa forma de ser y es así".
