Matías Behety fue un poeta y periodista que vivió la mayor parte de su vida en La Plata, a pesar de ser de Montevideo. Su círculo íntimo no pasó desapercibido: tuvo amigos como Julio Argentino Roca o Miguel Cané. Pero a pesar de eso su vida no fue nada fácil, su amada esposa falleció a corta edad y eso lo llevó al alcoholismo.
De alma bohemia, se pasaba los días escribiendo poemas por los cuales nunca recibió un gran reconocimiento, debido a que los firmaba con distintos seudónimos. Años más tarde, sus allegados lo apadrinaron al mundo del periodismo.
Allí encontró un lugar seguro, se lo veía animado y entusiasmado, pero el alcoholismo ya le había tomado la mano y no lo iba a soltar. Era adicto al licor blanco, más específicamente al absenta.
Al poco tiempo falleció por una tuberculosis, que empeoró por el alcohol. Murió borracho, bohemio y sin su amada, al mejor estilo Edgar Allan Poe.
LA LEYENDA
Él fue enterrado en el ya inexistente Cementerio de Tolosa. Las lenguas de la localidad platense, embriagadas de fantasía, cuentan que cuando cerró el cementerio local, una momia daba vueltas.
Esta leyenda ha aterrorizado hasta al más escéptico de los platenses. Se dice que el poeta volvió de la muerte en busca de lo que la vida no le dio.
Tal vez vino a buscar el reconocimiento que nunca tuvo, o a acechar al mundo que tan mal lo trató … ¡o tal vez vino a buscar más absenta!
LA VERDAD
Ya volviendo el relato un poco más sobrio (cosa que Behety no pudo hacer), es acertado afirmar que lo dicho por la leyenda es falso. Aunque no por completo, cómo diría Guido Kaczka, está mal pero no tan mal.
La realidad es que el Cementerio de Tolosa si cerró, y cuando estaban trasladando los difuntos, el cuerpo del poeta llamó la atención de todos y todas. Su cuerpo estaba casi en perfecto estado, de ahí la expresión de que estaba momificado.
A pesar de estar casi intacto, nadie lo reconoció en ese momento, había pasado mucho y la gente que lo conocía ya había terminado en lugares similares. Reducido a un N/N, el cuerpo de Matías Behety fue expuesto en el cementerio por varios días bajo el título "La Momia de Tolosa".
Al tiempo se dio a conocer que se trataba del hombre oriundo de Montevideo, y se dedujo que el cuerpo debió haberse conservado tan bien por la cantidad de medicamentos tomados para tratar la tuberculosis, o por la cantidad de absenta ingerido (ya sé que hice varios chistes sobre el alcohol, pero este no es el caso).
Y esa es la historia de una momia local que aterrorizó a más de una generación. Aunque a mi me dio más miedo ver a un importante poeta y periodista convertido en un desconocido fenómeno de circo, sólo por el paso del tiempo.




