La quisieron secuestrar en La Plata y contó su terrible vivencia: "Aún siento su calor húmedo en mi espalda y no me responden las piernas"

Policiales 28/08/2020 . Hora: 14:15
La quisieron secuestrar en La Plata y contó su terrible vivencia: ”Aún siento su calor húmedo en mi espalda y no me responden las piernas”

El textual cala hondo y corresponde a Sabrina Molina. Una joven que, como tantas otras, sufrió un intento de secuestro en La Plata. Una modalidad que sigilosamente penetra la tranquilidad de cada rincón de la ciudad y no discrimina edad. Se acentúa cada vez más y todavía, por fortuna, sus víctimas lo pueden contar.

Ocurrió el pasado miércoles en 15 y 60, cuando una chica rubia, con raíces negras, de 1,60 metros se acercó a la joven nacida en Bolívar. "Me dijo que dos hombres nos seguían y nos querían secuestrar. Se pegó a mí y seguimos caminando, me decía lo que tenía que hacer, que no mire para atrás, que me tranquilice y me repetía que adelante había un patrullero que nos iba ayudar, que siga caminando. Yo no veía ningún patrullero. Caminé con ella, escuchando todas las indicaciones, sin omitir palabra", relató la joven de 27 años.

DENGUE PBA

Atenta a cada movimiento, Sabrina comenzó a desconfiar de la mujer y prosiguió. "La tenía clara, sabía todo lo que teníamos que hacer ante esa situación, hasta que en su modo de querer seguir alarmándome me dijo que a ella ya le habían robado todo, que no tenía nada. Ahí me di cuenta que se contradecía, no tenía lógica. Los mismos que le habían robado no podían haberla dejado ir para después seguirla y secuestrarla. Y que el patrullero al que nos dirigíamos no estaba".

Ante esa situación, la joven precisó que "agarré el celular, que como nunca tenía en el bolsillo, abrí WhatsApp y llamé al primer chat. Un compañero de trabajo estaba en línea, atendió al segundo y actuó sin dudar. Yo solo le dije; acá una chica dice que nos quieren secuestrar, me preguntó dirección, que vuelva para atrás y que por nada del mundo corte comunicación. Entonces empecé a retroceder con la cabeza solo enfocada en lo que me decía al teléfono, miro para atrás y la chica había empezado a correr mirando para su izquierda, a la izquierda estaba el famoso y esperado patrullero, venía súper despacio, con las luces apagadas y dos hombres arriba".

EPC COOL

Con el famoso patrullero esperando, Sabrina relató que "no tengo pruebas de que el patrullero era parte de eso, pero todo lo indica. Si yo no retrocedía en esa esquina tengo la sensación de que era el lugar de encuentro. Ojalá sea fantasía mía, que fue casualidad y que fui una lerda que no les pidió ayuda.  Fue media cuadra, fueron dos minutos donde el miedo no me paralizó y pude ser totalmente fría, pensante y pude actuar, y a quien llame no dudo y me salvó".

"Cuento esto porque si pude accionar es en gran parte, porque no soy la primera que zafa de una de estas situaciones, porque anteriormente relatos de otras chicas me abrieron los ojos, y siento el compromiso de devolver eso. Contar que también hay mujeres detrás de todo esto, que no todas estamos en la misma vereda. Que la empatía de ayudarnos entre nosotras ahora la usan de estrategia para cazarnos. Que quienes nos deberían proteger, quizás no lo hacen', agregó todavía en estado shock por la horrible situación que le tocó padecer".

TEST VIAJES

Por otro lado puntualizó que "escribo esto y tengo la imagen oscura de la chica en mi mente, siento el calor húmedo en la espalda y dejo de sentir las piernas nuevamente. Ya pasaron 24 horas y todavía no he podido dormir, ni sentarme a comer". 

Luego del episodio vivido, el llamado de familiares y amigas no tardaron en llegar. "Anoche una de mis amigas me escribió un mensaje que decía pienso en no volver a verte nunca más y se me rompe el corazón, ese mensaje me acompaño en todo el desvelo. También otra amiga haciéndome saber lo difícil que fue para ella me dijo que se imaginaba mi foto como buscada".

Por último, remarcó: "me preguntó cuándo se hubieran dado cuenta que yo no estaba. Fueron dos minutos, fueron segundos cruciales en mí vida. Donde pude actuar y del otro lado recibí ayuda. Esto deja en evidencia la importancia de compartir cada experiencia que sucede a diario, no podemos dejar de denunciar la realidad. No podemos naturalizar vivir una situación tan traumática, y tampoco menos traumática. Tenemos que apuntar a generar consciencia de que lo que pasa es real, que mañana te puede tocar a vos. Que no pasa nada, hasta que pasa. Nos exige un rol activo, casi de alerta permanente, todo puede suceder muy rápido. Son instantes de lucidez o no, lo que te separa de estar secuestrada, en un comercio de trata, o de tener la suerte de poder estar escribiendo. Cada uno de nosotros, los que luchamos por un mundo sin violencia de género, tenemos que aportar nuestro granito de arena, dar a conocer situaciones, alertar a otros como actuar, no mirar para un costado, ser participe, comprometernos".

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