La canción "Masacre en el puticlub" de la mítica banda platense Patricio Rey y los redonditos de ricota, está basada en una historia real y ocurrió en la ciudad diagonal que los vio crecer.
Se dice que en la esquina de 1 y 46 es donde funcionaba el presunto puticlub, un bar de mala muerte. Lo curioso es que hoy en día en esa esquina funciona una verdulería.
"Por una pipa de 9 arrancó la gran masacre del puticlub", comienza la canción. Siendo la pipa de nueve una clara referencia a la pistola de calibre 9mm que dio inicio al disturbio.
Cuentan las malas lenguas acostumbradas a danzar entre lo cierto y lo probable que todo comenzó por un simple conflicto: no quedaban más estimulantes a la imaginación (si se me permite ser un poco más elegante) y el encargado de proveerlos no llegaba.
Como diría el youtuber platense Jorge Pinarello, estaban re calientes ¡imaginate!
"Cambió la suerte en el puticlub", reza certeramente Carlos Solari. Los disturbios se masificaron, el pogo más grande del mundo se adelantó un par de años y sucedió en un barcito de La Plata.
"Ruedan los dientes del Negro Cañón", en esta frase se relata el golpe certero al dueño del lugar que le hizo volar su dentadura postiza. Aquí me detengo un poco para contarles la inchequeable y desventurada historia del "Negro Cañón". Se rumorea que su nombre real es (o era) Santiago Ferrón, y que estuvo preso mucho tiempo. Los más fantasiosos dicen que el mismísimo Indio Solari le llevaba personalmente cigarrillos a la cárcel.
Hasta que las inconexas muestras de violencia desmesurada acabaron cuando "el gas coreano de pronto arribó" (gracioso cómo las referencias a Asia siempre son para lo mismo).
Todo esto lo pueden ver también en el espléndido videoclip de la canción. Dirigido por Skay Beilinson, una caricatura con un estilo de animación muy inspirado en el grupo de comedia inglés Monty Pithons (y una historia tan absurda como sus sketches).
En fin, esperemos que al dueño de la verdulería le vaya mejor que al Negro Cañón. ¡Ja ja, que fuerte lo del puticlub!
