Natalia Maldini (no Baldini) es una actriz, cantante, guionista y bailarina platense. Escribió y también protagonizó la serie web "La obra de mi vida", en conjunto a su pareja Jorge Pinarello (dueño del canal de Youtube Te lo resumo así nomás).
Desde LAPLATA1.com tuvimos un diálogo con ella, en el que se habló de la serie, arte, la virtualidad y el machismo, entre otras cosas.
En sus obras trata temas interesantes con mucho ingenio pero, más que nada, con la sensibilidad y el tacto necesario. Actualmente está realizando la serie de videos "Natalia lo arruina todo", dónde realiza análisis y reflexiones, tan concisos cómo extensos, de distintas temáticas. Estos videos se pueden encontrar en su cuenta de Instagram (@naty_maldini) o su canal de Youtube "Natalia Maldini".
-¿Cómo fue el proceso creativo de La Obra De Mi Vida?
-Vine a casa con una crisis, tenía casi 30 años y no sabía bien que hacer de mi vida, me sentía frustrada. Le dije esto a Jorge y nos pusimos a pensar hasta que surgió la obra. Escribimos los 10 capítulos bastante rápido, el proceso fue ligero y llevadero. Una vez que lo terminamos lo llevamos a Tangram Cine, que es una productora de acá (La Plata). Ahí se prendieron enseguida, les copó la idea y el guión, fue muy bueno eso. Con ellos, corregimos un par de cosas, más que nada de la estructura. Con Jorge lo habíamos hecho muy literario, nunca habíamos trabajado escribiendo lo que es guión cinematográfico, así que eso fue un aprendizaje.
-Una vez que tenían realizada la escritura, ¿cómo fue la odisea para llevarla a cabo?
-Bueno, en Tangram nos hicieron un presupuesto. No porque nos iban a cobrar para hacerlo, sino para ver cuánto saldría realizar el proyecto. Y ahí nos dijeron que saldría, en plata de ese momento (acá Natalia hizo un ademán, intentando advertirme de la cifra que se venía, pero ni el ademán logró prepararme), ¡un millón de pesos! Imaginate, una cifra imposible. El tema es que nosotros estábamos acostumbrados a laburar en el teatro con dos pesos, haciendo funciones a la gorra y la escenografía lo que encontrábamos y se podía usar: un cartón, un banquito, una madera. Con la serie no sólo era carísimos los equipos, sino que también se necesitaba el trabajo de un montón de gente. El equipo técnico y elenco de actores y actrices trabajaron sin cobrar un peso porque somos amigos y nadie dudo de sumarse al proyecto más allá que no había fondos para los sueldos. Eso abarató los costos tremendamente, se redujo a más o menos una décima parte del presupuesto original. Luego lanzamos una campaña idea.me, que básicamente vos ofreces un servicio y la gente contribuye en dinero para la realización del proyecto. Por ejemplo, la contribución base era de creo que 50 pesos, y con eso podía aparecer tu nombre en la pantalla de la serie. Luego si contribuías con más plata, te dábamos una remera de Te Lo Resumo, por ejemplo.
- ¿Y creés que las redes sociales y la virtualidad ayudaron a la democratización de la producción de audiovisuales y arte en general?
-Y, es un arma de doble filo. Porque, por un lado si. Facilitó mucho a que la gente pueda acceder a tecnologías más fácilmente, o a capacitaciones. Estando en un lugar determinado, podes hacer una capacitación en lo que quieras en cualquier parte del mundo, y cosas como esas son re copadas. Pero por otro lado, hay un montón de gente que todavía no puede acceder ni siquiera a lo más básico, cómo una conexión a internet, por ejemplo. Entonces, la cosa no es tan horizontal cómo se cree.
- Me pareció muy interesante cómo la serie juega mucho con las percepciones que el mundo tiene de éxito, mediocridad y méritos. ¿Pensás que la gente en general menosprecia el trabajo de los artistas?
-Puede ser que se lo subestime. Hay una idea general de que el trabajo no es trabajo si no se sufre. Entonces, vos no podés trabajar de lo que te gusta hacer, porque eso no es trabajo. Cómo que disfrute y trabajo son cosas que no se pueden juntar. Cuando en realidad en el trabajo del artista se entrega muchísimo, tanto físicamente cómo de la psiquis. De hecho, hay un video en mi canal donde hablo de eso. Además, existe esta idea de que cualquiera puede hacerlo, y la verdad que no cualquiera puede actuar o bailar, mucho menos cantar o tocar un instrumento. Son cosas que demandan mucho y por ahí no se ve.
-En uno de tus videos vi que usaste una canción de Los Gardelitos, hay una frase de ellos que dice: 'Hora de transmutar el dolor en poesía', ¿crees que ese es el lugar que ocupa el arte en tu vida?
-Yo a ese tema de Los Gardelitos en particular lo puse en ese video porque estaba hablando de Futurock (emisora de radio) y esa es la cortina. A esta frase que decís no la conocía, pero sí, es el núcleo de lo que siento cómo artista. El arte es la herramienta que tengo para enfrentar las situaciones de tristeza o frustración. Muchas veces llego a casa afectada por algo, me pongo a escribir y ayuda un montón. De hecho, mi psicóloga me felicitó por eso, me dijo que era una gran herramienta jajaja.
-En la nueve serie de videos "Natalia lo arruina todo" haces mucho contenido con perspectiva de género, ¿Cuál pensas que es el rol del mundo artístico o audiovisual con respecto a esto?
-Mi generación viene por ahí de un mundo en el que no había muchas grandes referentes femeninas en el mundo del espectáculo, y donde los roles con más poder decisión eran para los hombres. Es decir, históricamente los roles en los equipos técnicos estaban llenos de estereotipos. Los varones a cargo de cuestiones más técnicas de cámara, luz y sonido y las Mujeres a cargo del Vestuario, Maquillaje, Arte...esas cosas están cambiando. Yo lo vi mucho desde la danza, éramos por ahí 15 mujeres bailando y sólo 2 varones. Pero esos varones eran ídolos, incluso nosotras mismas los poníamos en un pedestal, porque era eso lo que se nos decía. Siendo que la danza es un arte que históricamente se lo ve cómo femenino, porque claro, vos ves que hay 20 bailarinas en un lugar y está fantástico, pero el puesto del coreógrafo, que es el que tiene peso, es casi siempre de un hombre. Eso poco a poco se va yendo, pero es largo el camino.
