En 1987, Charly García lanzó la canción "No voy en tren". Un hitazo en su momento, y hoy en día una canción histórica que ha trascendido cómo una de las más conocidas del artista.
Más tarde ese año, Patricio Rey y los redonditos de ricota lanzaron la canción "Todo un palo", cómo adelanto de su disco "un baion para el ojo idiota".
En la primera, Charly reza la frase "no voy en tren, voy en avión. No necesito a nadie a mi alrededor". En la canción de Los redondos, Carlos Solari dice "Yo voy en trenes! No tengo donde ir...".
Se podría decir que es sólo una coincidencia, pero no sería preciso. ¿Qué fue lo que pasó?
EL CAMBIO EN CHARLY
Durante la última dictadura militar que atravesó nuestra nación, Charly (y el rock en general) tuvieron un rol de protesta social muy importante. Se alzaron la bandera de la libertad y la rebelión, tal vez desde las sombras o en el exilio, pero nunca soltándola.
Una vez que regresó la democracia en 1983, el enemigo ya estaba vencido (en realidad no, pero su forma material sí). Ante esto, los artistas cómo Charly se podían "relajar".
En este período, Carlos Alberto García Moreno había cobrado una fama exponencial, convirtiéndose en casi un ídolo pop. Una imagen ayudada por el cambio en sus letras, que se volvieron más introspectivas y menos políticas, pues el enemigo había sido derrotado.
No es ninguna noticia que Charly es una persona complicada. Un tipo que siempre fue muy solitario, de repente todo el mundo lo conocía, todo el mundo hablaba de él.
Todo esto generó que él ya no vaya en tren ni necesite a nadie alrededor.
LA RESPUESTA DEL INDIO
Si por algo se destaca la banda platense, es por comandar en cierta forma una nueva generación de rock contestatario, popular, rock barrial.
Skay y el Indio se convirtieron en una especie de voceros del barrio, lo que luego desembocaría en la famosa "cultura chabón".
La respuesta a Charly fue "Yo voy en trenes! no tengo donde ir...", expresando que hay muchas personas que prefirirían ser más solitarias, pero tienen que seguir yendo en tren.
Si lo ponemos en términos más actuales, podría ser traducido al revuelo de hace unos meses con la canción titulada "René", de Residente. Una canción donde relata los problemas de la fama y la exposición. Esto generó opiniones divididas en la gente, algunos dándole la derecha al cantante, pero otros reclamando lo mismo que Solari le reclamó a García en su momento (a las similitudes se le podría sumar que Residente solía hacer música de protesta muy ferviente, al igual que Charly).
"Algo me late, y no es mi corazón", es la frase que sigue en la canción ricotera. Se dice que en repuesta a la canción de 1986 de Charly, "Hablando a tu corazón", hay dos interpretaciones que tomaron fuerza a lo largo de este tiempo. Una dice que eso que late y no es el corazón, es el cerebro. Otra, mucho más cruda (y mi preferida), dice que lo que late es el estómago, debido al hambre.
Me gusta ver esto cómo el resumen de una discusión eterna entre dos sectores del arte: la introspección y la política (o lo social). Dos morales totalmente válidas, pero incompatibles entre sí.
