"El resto de la sociedad tiene la opción de quedarse en su casa, y estar con sus hijos al menos; no podemos darnos esa posibilidad, tenemos que tramitar el miedo, y pensar en cómo resguardamos a los pacientes y a nuestras familias. Nos estamos agotando, y no es solo cansancio, es porque nos estamos enfermando y muriendo".
Mariana Abadie representa los mencionados textuales, es trabajadora social, y jefa del Servicio Social del Hospital San Juan de Dios de La Plata. Su testimonio llega. Impacta y cala hasta los huesos. No sorprende.
Hace poco se viralizó un video en el que manifestaba su postura sobre la situación actual y la emergencia sanitaria producto de la pandemia, en el que puntualmente pedía "esfuerzos repartidos" y colaboración a la sociedad.
"Ese mensaje reflejó la expresión de un sentir, un mes antes de que se liberara todo. La realidad nos gritaba, se nos manifestaba de la manera más directa y más cruda, con esas colas que no paran de crecer para ser atendidas- y empezando a vivir, y convivir con la noticia de que otro compañero o compañera se nos va. No se va porque cayo un rayo, se va porque nos lo quita este modo tan poco comunitario, colectivo, de entender los cuidados. No culpo con esto, tampoco reto, simplemente trato que se nos escuche. La sociedad no termina de entender cuál es la situación real que se vive puertas para dentro de los hospitales", precisó la profesional en diálogo con LAPLATA1.com.
"El cansancio es extremo, tenemos sobre la espalda un cansancio tremendo, porque no paramos desde marzo. Estamos en posición de trabajo todo el tiempo, nadie se va cuando termina la hora, no hay horarios. Hay un compromiso tremendo del equipo de salud. Frente a la realidad y el saber que somos lo que somos. Son jornada laborales muy intensas, entonces estamos viviendo el cansancio en general de la sociedad por una rutina que a todos se nos modificó, con la salvedad de que volvemos a casa y no tenemos fuerzas ni para cocinar o hablar con nuestra familia; también se modifica nuestra vida familiar. Es angustiante escuchar a una médica decir que no pudo estar porque le trajeron a sus hijos después de 4 meses, y después no los vuelve a ver. Muchísimos de la primera línea viven eso", agregó angustiada.
LA IMPORTANCIA DE CONCIENTIZAR
Y prosiguió: "no nos quejamos, hasta el final estaremos. Lo real es que nos estamos agotando, y no es solo cansancio, es porque nos estamos enfermando y muriendo. Los respiradores se pueden multiplicar, los trabajadores y trabajadoras, no. Y la angustia tiene que ver con saber, y nos consta mirando el contexto mundial, que todo lo que se hizo en este país era la fortaleza principal para evitar muertes y saturación de servicios de salud. Las camas de terapia en la provincia de Buenos Aires fueron duplicadas. Llegaron dos respiradores que completaron los 20 que fueron entregados en el contexto de pandemia. No nos faltan insumos, semana a semana el insumo va llegando. El agotamiento es del trabajador. Del recurso humano. Tenemos el apoyo permanente del ministerio de Salud, pero si no logramos que la sociedad piense antes de salir, pensar si eso que tengo que hacer no puede esperar. Una conducta o individual de cuidado es la vacuna que está por venir. Pero para eso faltan meses, entonces la vacuna somos nosotros, si nos cuidamos, cuidamos a los que están alrededor. Llevamos 10 mil muertos, y en cuanto siga la circulación como hasta ahora, los números van a aumentar y lo estamos viviendo. Y quiero reiterar en un mensaje a la sociedad; antes de salir, piensen si esa reunión no puede esperar, y quedense en sus casas, de esa manera evitan enfermar y nos ayudan a seguir de pie hasta el final".
En otro sentido, Mariana detalló que "entre tantos sentires en este momento, lo que quiero resaltar es que debido al aumento diario de demanda y consultas, además de todos los pacientes que desde marzo tienen en suspenso todo lo que tiene que ver con la atención habitual en el hospital, como controles médicos y estudios, en pos de no exponerse, el establecimiento se ha reconfigurado debido a la tremenda emergencia sanitaria. Hay mucho por hacer siendo parte de la tercera línea; una de las cuestiones elementales de nuestro trabajo es tender puentes, generar redes para sostener a todas esas personas que quedaban por fuera de la asistencia hospitalaria; personas con enfermedades crónicas, VIH, tuberculosis, en atención oncológica, personas con patologías como EPOC y pacientes con diabetes. La verdad es que desde el primer momento estuvimos a la par desde nuestro servicio con el resto de los servicios, pensando como sostener a esas personas por fuera, nadie quedaba abandonado, el hospital acompañaba de otro modo la atención".
"Estamos codo a codo con el equipo de salud, para acompañar a todos aquellos que el hospital no pudo seguir atendiendo como lo venía haciendo. Respecto a los primeros casos de COVID-19 se trabajó con sectores medios, medios altos, y posteriormente a poco andar empezó a llegar al hospital la población más vulnerable. Ahí las problemáticas empezaron a plantear una urgente articulación con distintas áreas. Extrahospitalarias, Municipalidad, Desarrollo Social de la provincia. Y nos planteaban la intersectorialidad como forma de abordaje para hacer real y concreto el aislamiento domiciliario en pos de poder cortar la propagación del virus", completó.
Por último, la jefa del Servicio Social del hospital San Juan de Dios se refirió con mucha preocupación a la nula respuesta municipal con todo aquello que tenga que ver con "acompañamiento a las familias con COVID-19; acompañamiento con elementos de higiene, asistencia alimentaria, porque ahí está la fortaleza, en el nivel local, de cortar con la propagación si es que logramos que las familias hagan ese aislamiento. Hay una única línea telefónica abierta para esas familias, el 147. Constaba de algún apoyo para hacer mandados, y algún caso remoto que requiera de asistencia alimentaria, es indignante. Son 4 o 5 artículos al mes".