Así lo determinó un estudio realizado por ClinOwl, plataforma especializada en el descubrimiento de contenido para profesionales de la salud.
El mismo demostró que la deficiencia de vitamina D podría aumentar las posibilidades de contraer coronavirus y la deficiencia grave de esta vitamina está relacionada con la coagulopatía asociada al COVID-19.
Que nuestro cuerpo cuente con poca vitamina D puede aumentar la probabilidad de infección por virus como el retrovirus, la hepatitis y el dengue. Además, se conoció que un equipo de médicos y científicos de Mendoza y Buenos Aires que se dedicará a vincular la vitamina D con el COVID-19 y se trata de uno de los 64 trabajos que obtuvieron un subsidio de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).
Según publicó Infobae, uno de los médicos integrantes del equipo, el doctor Walter Manucha, asegura que "si se le dan altas dosis de vitamina D durante un tiempo a la gente que está en un estadío intermedio de la enfermedad -no la que está muy grave-, hará que el paciente evolucione en forma positiva, que no se agrave y se reduzcan las chances de ir a una terapia intensiva y ocupar un respirador".
Los estudios demuestran que la deficiencia de vitamina D puede aumentar por muchos factores que podrían estar asociados con el riesgo de COVID-19, incluida la edad, la obesidad, la diabetes y las enfermedades crónicas en general, las asociaciones observadas de la vitamina D con los resultados en casi cualquier estudio observacional pueden no reflejar con precisión cualquier efecto causal potencial de la vitamina D sobre los resultados.
Por último, investigadores de Chicago consideraron que "si la vitamina D reduce la incidencia de COVID-19, es tentador considerar si podría reducir la transmisión de COVID-19. La vitamina D fortalece la inmunidad innata, por lo que se podría esperar que disminuya la infección y transmisión de COVID-19".