Por Francisco Angulo
Martín Guzmán tiene una ventaja clave respecto a otros ex Ministros de Economía: su casi nula exposición pública previa al 2019 le permite una mayor libertad de acción. No podrán buscarle archivos contradictorios ni chicanearlo con frases célebres que haya dicho.
Pero esta libertad de acción que se toma Guzmán también desconcierta a los economistas de Cambiemos. Por libertad de acción léase: jugar con medidas economicas de "derecha" o de "izquierda" según convenga. Él mismo se ha definido como un economista pragmático. No come vidrio.
En las últimas semanas, Guzmán abrazó un discurso más "ortodoxo" o cercano a las creencias de los economistas de Cambiemos: importancia de la austeridad fiscal y monetaria, y el reconocimiento de que los dólares "paralelos" son un problema para la economía argentina.
Este giro de Guzmán no está exento de tensiones al interior del frente oficialista. La CGT mira con sospecha esta nueva versión del Ministro de Economía. En particular, mostraron su preocupación por el "ablandamiento" del programa ATP que podría traducirse en menores posibilidad de acordar salarios más altos a futuro.
También se espera que el gobierno busque reducir aún más el déficit fiscal para el año 2021. Inclusive ya el déficit de este año será menor a lo pensado a partir de este nuevo discurso de austeridad. Guzmán tiene la creencia de que el déficit y la emisión monetaria excesiva son los padres del lío con el dólar. Por eso quiere cortar de raiz el problema a sabiendas del ruido que puede generar en ciertos sectores progresistas del gobierno.
Este giro no es solo por el miedo que causa un dólar descontrolado. El peligro también viene por el lado de la inflación: preocupa ese 4.8% que dio octubre en el rubro de alimentos. Noviembre y diciembre no serían muchos mejores, pero la expectativa es que el 2021 ya muestre señales de desaceleración. Esto último será clave para moderar la ansiedad de los sindicatos por corregir sus paritarias.
El tono moderado de Guzmán también agrada a varios economistas de Cambiemos. Entienden que ese perfil es superador a cualquier otra alternativa que pueda mostrar el kirchnerismo. Pero para ser justos, ese tono moderado también se observa en otras espadas económicas del gobierno: Matías Kulfas o Cecilia Todesca, por ejemplo. Dos economistas del riñon de Alberto Fernández.
La reunión sobre el cierre de la semana de Cristina Kirchner con Martín Redrado también alimentaron diferentes rumores. En particular, un posible desembarco del mediático economista en el Banco Central. Pero para Redrado también sería muy riesgoso reemplazar a Pesce: tiene mucho para perder en este contexto de caída de reservas, cepo y presiones devaluatorias.
Por lo pronto, habrá que esperar un poco más para saber si este pragmatismo de Guzmán tiene resultados reales o solo se trata de buenas intenciones.
