Un ciudadano de La Plata, llamado Pablo Rugera, se había dirigido este viernes hacía un almacen de su barrio para comprar unas galletitas y así merendar con su familia. Volvió a su casa y se dispusieron a comer las galletitas "Anillos".
Pero se llevaron una sorpresa al terminar de comer el paquete y constatar que en el fondo se encontraba "ese bicho asqueroso", según afirmó Pablo. Explicó que, naturalmente, "así cómo la abrí, lo empezamos a comer" y agregó que "la próxima lo paso todo a un tupper".
También confirmó que denunció el hecho en defensa al consumidor, pero que por otro lado, la empresa no contestó ninguna de sus llamadas cuando se quiso contactar por el incidente. Aclaró también que el insecto estaba vivo, por lo que cabía la posibilidad de que haya ingresado luego del envasado, debido a que el tiempo transcurrido desde el mismo hasta la compra es bastante largo y vuelve poco factible que el insecto haya sobrevivido tanto.
