En La Plata crecen los delitos con inhibidores de señal. Se trata de un robo muy sutil y que desconcierta a las víctimas pues logran ingresar a los autos sin necesidad de forzar las puertas.
Según explican los especialistas, los inhibidores emiten una frecuencia que precisamente interrumpe la frecuencia que tienen las alarmas o las llaves de cierre centralizado de puertas. De ese modo impiden que queden cerradas.
Así, genera una barrera entre la emisión de la señal de la alarma o de la llave del vehículo, por lo que las personas se confían y creen que las trabas están accionadas cuando no es así.
Esa trampa sirve para interrumpir el cierre, pero no abre las puertas. Por eso, si la persona se asegura de que las puertas quedaron bien cerradas, con las trabas mecánicas accionadas, ya no podrán abrirlas.
Para dejar sin efecto el truco de los ladrones, la recomendación es poner el cierre centralizado y cerciorarse de que está activo tocando las puertas, para ver si cerraron mecánicamente. Una vez que las trabas mecánicas funcionaron correctamente, los ladrones ya no podrán abrir el vehículo.
Por otro lado, los expertos explican que los delincuentes que utilizan esta modalidad rondan las plazas o las playas de estacionamiento de supermercados o hipermercados, por ejemplo.
Se ubican con su inhibidor en un radio de 100 metros a la redonda. También hay dispositivos que alcanzan hasta 150 metros como radio de acción. Si bien es una distancia reducida, alcanza para anular alarmas y despojar a quien se baja distraído o apurado y no revisa si las puertas cerraron bien.
