Por Francisco Angulo
En las últimas semanas, la economía salió un poco de la agenda mediática. El marcado descenso del dólar blue fue la punta de lanza de este giro, y en su lugar crecieron otros temas como la vacuna contra el Coronavirus, el debate por la legalización del aborto o la discusión por la posible suspensión de las PASO.
No es que la economía esté en su mejor momento ni mucho menos, pero el dólar suele ser un termómetro del nerviosismo de la sociedad. Es una variable que, cuando se descontrola, guía las expectativas hacia un rumbo negativo como se ha visto tantas veces en el pasado.
El mayor desafío que se le viene al Gobierno es ordenar las cuentas públicas con el menor costo social posible y encausar una inflación que se aceleró en las últimos meses. Por lo pronto, el giro de la agenda le permite tomar un poco de aire y desordenar a los diferentes grupos opositores.
En este sentido, el cambio de agenda puede complicar al espacio liberal de Espert, Milei y compañía. La razón es bastante simple: a medida que la economía es desplazada del centro de atención, la presencia pública de ellos también disminuye. Y está claro que, por ser un espacio relativamente nuevo, necesitan ganar más minutos de pantalla y llegar a todo el país.
Si la batalla política se libra más en el Congreso que en los medios de comunicación, eso será ganancia para Juntos por el Cambio, que tiene fuerte presencia en ambas cámaras a diferencia de los liberales.
De hecho, en los próximas semanas habrá una actividad muy fuerte del Congreso con dos proyectos importantes: la nueva fórmula jubilatoria y el aborto legal. Sobre este último tema, también dentro del mundillo liberal hubo tensiones. En el 2018, Espert se pronunció a favor del proyecto de legalización, pero ahora dijo que hubiera votado en contra ya que, según su visión, es una maniobra de "puro oportunismo" por parte del gobierno.
En todo caso, será también un desafío para el espacio liberal dar a conocer la visión que tienen sobre otros problemas del país y cómo darles solución para no quedar encorsetados en un partido meramente "economicista".
Por eso, se puede dar una paradoja: para no perder caudal electoral, el gobierno aspira a remontar su performance económica. Si eso lo consigue, limitará el drenaje de votos y perjudicaría principalmente al espacio liberal que se nutre de la agenda económica. E, indirectamente, "favorece" a Cambiemos, que tampoco se sentirá muy cómodo en el 2021 hablando de la inflación y de las pymes después del fracaso económico 2018-2019.
