Por Francisco Angulo
En un reciente Zoom, ex funcionarios del macrismo reconocieron que un shock positivo podría darle aire al Gobierno durante todo el 2021.
Quién más hizo hincapié en esta posibilidad fue Luciano Cohan, ex integrante del gabinete económico de Nicolás Dujovne. Fue en un conversatorio que compartió con Sebastián Galiani (Viceministro de Dujovne) y el analista internacional Ignacio Labaqui.
El precio de la soja subió un 40% en el 2020, y se encamina a superar los 500 dólares la tonelada, niveles que no se veían desde el boom de los commodities del 2003-2008.
Para Cohan, esto implicará transitar un 2021 con abundantes dólares en las arcas del Banco Central. Esos dólares, a su vez, permitirán suavizar cualquier disrupción que haya en el tipo de cambio. En otras palabras, estos valores de la soja evitarán saltos devaluatorios.
A esa tranquilidad se le sumaría el acuerdo con el FMI. Justamente ese acuerdo llegaría en marzo-abril, momento en que empieza la liquidación de la cosecha. Por lo tanto, este “veranito financiero” podría extenderse con potencia durante todo el primer semestre.
No tan cómodo será para el Gobierno el panorama respecto a la inflación. Los primeros cuatro meses serán bravos y para todo el año no se espera una inflación inferior al 35%. Por el lado de la actividad económica, se espera un repunte estadístico para el 2021. Pero el crecimiento “real” será bastante moderado.
Los ex funcionarios macristas acordaron que será un escenario de estanflación pero sin riesgo de estallido macroeconómico.
Dentro de tres semanas se conocerá el dato oficial de la actividad económica de noviembre, un mes donde se percibió una alta circulación de personas y donde ya existían pocas actividades restringidas. El Gobierno espera que ese dato marque un quiebre positivo respecto a la modesta recuperación intermensual que vienen registrando varios sectores, sobre todo Construcción y Hoteles/restaurantes.
Por supuesto, este escenario optimista quedaría pulverizado si volviesen las medidas de confinamiento. En lo fiscal, el Gobierno ya no tiene margen para seguir asistiendo masivamente. Y además implicaría el golpe de gracia para los sectores que intentan ponerse de pie después de un duro 2020.
