Un brutal femicidio tuvo lugar en la localidad bonaerense de Rojas. El oficial Matías Ezequiel Fernández, de 25 años, asesinó a Úrsula Bahillo, su ex pareja.
El policía, apañado por sus propios compañeros, deicidió confesarle el crimen a su tío. "Me mandé una cagada", le dijo por teléfono, y le indicó dónde se encontraba el cuerpo.
Inmediatamente, el hombre se dirigió con la policía cerca de una escuela en el paraje rural Guido Spano, a pocos kilómetros de la localidad bonaerense de Rojas. Efectivamente allí se encontraba el femicida junto al cuerpo de la joven de 18 años, con visibles heridas.
El efectivo, que tenía carpeta psiquiátrica desde septiembre del año pasado, la asesinó a puñaladas, luego de reiteradas denuncias por violencia de género de Úrsula hacia su ex novio.
Si bien la cantidad de heridas se determinarán mediante la autopsia, estiman que fueron cerca de 30 puñaladas en el cuello y la espalda, lo que indica que fue un asesinato con saña.
El femicida intentó huir a pie, aunque fue detenido al instante. Además tenía una herida en el abdomen y se encontraba visiblemente alterado, por lo que suponen que intentó lastimarse a sí mismo.
La fiscal de la causa, Nora Fridblatt, definió el hecho como un femicidio, y constató las denuncias, sumado a la cantidad de veces que la joven se expresó en las redes sobre su situación. "Quiero ser la última", decía.
Vecinos de Rojas se trasladaron a la comisaría, donde se manifestaron contra el hombre que la asesinó y contra los que intentaban resguardarlo, que al observar que una amiga de Úrsula les gritaba en el frente del destacamento policial, decidieron responder a los balazos.
Este martes se espera una movilización a las 17 horas que se replicará en todo el país, en repudio al femicidio.
