
Meg Taylor Morrison tiene 35 años, vive en la ciudad de Atlanta, Estados Unidos, y decidió casarse consigo misma. ¿Cómo? Sí, con ella misma. "Lo hice como un acto de amor a mi. Quise ir más allá de lo que la gente esperaba o intentar verme de determinada manera. Fue una forma de decirle que si a mis propios deseos", afirmó.
Tras terminar con su novio, Meg decidió dejar de esperar al indicado para casarse y salió en busca de su propio anillo de compromiso.
Eligió un vestido, organizó la boda, encargó una torta e invitó a todos sus amigos y familiares, que trajeron regalos a la fiesta como en cualquier celebración.
Caminó hacia el altar junto a su mejor amigo Peter, las niñas de su familia tiraron pétalos de flores y todos sus invitados soplaron burbujas de jabón para darle un toque simpático a la celebración, dio cuenta Pronto.
Meg leyó sus propios votos, aceptó su propio anillo de bodas y terminó la celebración besándose a si misma en un ejemplo.