"¿Qué hiciste, la mataste?": Habló el comerciante que atrapó al remisero platense que asesinó a Ayelén Arredondo

Sociedad 12/04/2021 . Hora: 10:56
”¿Qué hiciste, la mataste?”: Habló el comerciante que atrapó al remisero platense que asesinó a Ayelén Arredondo

Continúa la bronca en La Plata por la muerte de Ayelén Arredondo, la estudiante de Derecho de 23 años que fue asesinada el sábado pasado en Altos de San Lorenzo. Por el homicidio hay un solo detenido y en las últimas horas habló el comerciante que lo capturó.

El lamentable episodio comenzó en la mañana del 10 de abril cuando un remisero (identificado como Marcelo Saleh) trasladara a los padres de la chica hasta Florencio Varela, lugar donde planeaban visitar al hermano de la joven, quien se encuentra preso en la Unidad Nº 42.

Saleh trabajaba hasta hacía muy poco tiempo en una remisería de la zona, sin embargo fue despedido tras ser acusado de robo. La familia de Ayelén tenía su número personal y se comunicaba directamente con él. Ese sábado, aprovechando que los papás de la joven habían dejado en el vehículo todas las pertenencias que no le permitían ingresar al penal, el implicado realizó un viaje de vuelta a La Plata con la intención de utilizar las llaves de las víctimas para entrar a su casa, ubicada en 75 entre 21 y 22.

El relato de Emilio es extremadamente crudo. Se trata del comerciante que capturó a Saleh. Tiene su panadería justo debajo de la casa de Ayelén.

PROVINCIA NET

“Parecía un viejito, encorvado. Me pareció raro y nunca lo había visto. Le pregunté a mi señora si lo conocía y me dijo que no. Empecé a tocar el timbre y no me atendía nadie, así que abrí la puerta y subí la escalera hasta el departamento de Omar (padre de Ayelén).

Allí fue cuando Emilio notó un “bulto” y aparentaba ser de una mujer. “Stella”, gritó desesperado. Stella es la mamá de Ayelén.

BANCO PROVINCIA

Según el relato del comerciante, bajó corriendo por las escaleras y fue en búsqueda de Saleh. En la zona de 21 y 76 pudo localizarlo. “¿Qué hiciste? ¿Le pegaste?”, le preguntó desesperado con la ventanilla baja de su camioneta. “Nada, nada”, se limitó a decir el homicida. “Le vi que tenía el ojo izquierdo con sangre y lastimado, nunca me voy a olvidar de esa mirada”, agregó Emilio.

Enseguida comenzó a pedir ayuda a los empleados de un almacén y lograron arrinconarlo. A los pocos minutos llegaría la policía y se destaparía el brutal crimen.

Dejar un Comentario