Tras la noticia que Diego García, el jugador de Estudiantes acusado de abuso sexual, podría estar jugando en otro equipo del fútbol argentino y que había sido autorizado a entrenar, el dolor de la víctima que denunció el hecho aumentó y expresó sus sentimientos contra el club y quienes no acompañaron.
"Desde que nací, soy de Estudiantes. Fui jugadora de hockey, representé la camiseta toda mi vida, adentro y fuera de la cancha. Siempre sentí que fue mi segunda familia y mi segunda casa, pero hoy lamentablemente no lo siento así", empezó la jugadora de hockey pincharrata que denunció el hecho.
"El club dejó de representarme en el mismo segundo que no supo defenderme ni cuidarme. Hoy en día me di de baja y no soy más socia justamente por eso. El club no tomó las medidas necesarias para cuidarme. Se resguarda en lo legal, hablando de los derechos del denunciado pero mis derechos se los olvidaron", mantuvo, en una publicación difundida.
"Mientras el jugador denunciado va a ser transferido a otro club en el cual podría salir del país para jugar una Copa, a mí me toca sufrir desde casa, estar con tratamiento psicológico, con mil miedos e inseguridades", planteó, desde su dolor.
"Por eso pido por este medio justicia y coherencia. Yo ya lo viví, ya el daño lo tengo, pero sigo fuerte y sigo con la denuncia en pie para que a otra no le toque vivir mi situación. Si Estudiantes es una escuela, enseñen primero a respetar a la mujer. Sean la familia que dicen ser", cerró
