
El principal colaborador que tuvo Maradona en su paso como entrenador del Lobo dialogó con TyC Sports y destacó "nosotros tuvimos la gran bendición de trabajar con Diego. Veo las imágenes todavía y se me pone la piel de gallina. Es uno de los recuerdos más lindos que me va a dejar el fútbol en mi vida. No lamento otra cosa más que la muerte de él. Me hubiese gustado estar peleado o que él se enoje, cualquier cosa doy a cambio, con tal de que hoy esté con nosotros."
El actual técnico de Godoy Cruz recordó como eran los días de trabajo en el predio de Estancia Chica: "Diego era fenomenal. Cualquiera que lo conoció puede dar crédito de esto. Cuando venía y decía que había olor a pasto, ya el día había pagado. Fue siempre muy cariñoso con nosotros y estaba en una actitud muy paternalista con los jugadores también. Les daba un beso a todos los chicos antes de entrenar. Muchas veces preguntaba ´¿los chicos van a venir a que les firme?´ Les firmaba 200 camisetas con una pacencia y un amor… Eso es lo que me queda" detalló visiblemente emocionado en el programa "Jugador23" de la señal deportiva. Además el ex defensor dejó en claro que el Lobo era una institución ideal para Maradona ya que "es un club muy popular, sufrido, y pasional. A la medida de Diego. Yo sé que él, y doy crédito, estuvo feliz en Gimnasia".
Hace apenas dos días se cumplieron cinco meses del fallecimiento del mejor futbolista de todos los tiempos y Sebastián Méndez se tomó un tiempo para recordarlo como persona. "Siempre estaba pensando en el otro. Era muy generoso. Quería saber quien había cobrado, quien no. Si estábamos todos bien, si faltaba algo, si nos había faltado algo. Estaba en todo los detalles y eso es lo que hace a las personas más grandes. El Diego persona era muchísimo mejor de lo que yo creía".
Por último se refirió a todas las versiones periodísticas que indicaban que el verdadero entrenador del Lobo no era Maradona sino él y que Diego solo hacia hincapié en la cuestión anímica y en pequeño detalles. Méndez en contacto con TyC Sports afirmó "a mí me daba bronca cuando decían que no trabajaba. Él venía, hacía campo, tenía una rodilla detonada, le habían hecho una operación. Tenía una cicatriz de 40 centímetros. Hay cosas que no me gustaron y ahí salí a defenderlo."