Desde que comenzó a aparecer en Bienvenidos a bordo, Nahuel López Matheu se ganó el cariño del público como “el carpintero”. “Llegué al programa con el objetivo de sacar el lingote. Pero siempre veía que Bautista (Araneo) y Wolfgang desafiaban a los famosos en las dominadas. Así que se me ocurrió decirle a Guido Kaczka, con todo respeto, que en algún momento me dejara desafiarlos a los chicos. ‘Yo te los limpio’, le dije. Él no se lo esperaba, pero lo habló con la producción”, contó Nahuel sobre cómo comenzó en el programa.
Además, dejó en claro: “Yo nunca antes había estado en la tele ni en nada relacionado a los medios. Soy un pibe que labura con la familia en una carpintería, que tira para adelante y que, de pronto, se encontró con todo esto. Pero que, fuera del programa, sigue con su vida cotidiana de siempre”.
“Soy un pibe de barrio que trabaja con su familia. Le estamos metiendo a la carpintería todos los días. Y hoy, a pesar de estar en el programa, sigo con eso porque ahí está mi origen, mi eje y mi estabilidad”, remarcó, en diálogo con Teleshow.
Y sobre sus orígenes, explicó: “Mi viejo, Héctor, arrancó con la carpintería hace unos treinta y cinco años, más o menos. Y mi hermano Patricio, que hoy tiene 29, y yo, que tengo 31, éramos muy chicos cuando empezamos a trabajar con él”.
“Empecé a los 14 o 15 años, más o menos. Yo iba al colegio a la mañana y, por la tarde, mi viejo me venía a buscar para que fuera a ayudarlo a la carpintería. Pintaba maderitas, juntaba el aserrín... Pero, cuando cumplí los 18, mi papá se operó de la cintura y no me quedó más remedio que tomar una mayor responsabilidad en el negocio”, desarrolló.
“La verdad es que me sorprendió que Guido me pidiera que siguiera yendo. Pero me fui dejando llevar. Y, a medida que iban pasando los días y yo iba ganando los desafíos, se fue generando algo hermoso. Yo le tengo que agradecer a Drago, que es un gran compañero y una gran persona, todo lo que me ayudó en el comienzo. Me acompañaba, me aconsejaba, me tranquilizaba... Y estaba siempre alentándome con esa famosa arenga”, contó.
“Lo primero que hago es agradecer. La gente me agradece a mí porque dice que le trasmito alegría. Pero es un ida y vuelta de amor y lo mejor es que es muy espontáneo. Así que ya lo vivo como algo natural. Y la verdad es que me da una enorme satisfacción, porque no estoy haciendo ningún personaje. El que se ve en la tele, ese soy yo”, cerró.