Desde hace 14 años Argentina lucha contra la inflación, un fenómeno casi extinguido en el mundo. Y cada vez resulta más díficil agarrar el timón de este problema.
¿Quién tiene el timón anti-inflacionario? Hoy por hoy la lucha está liderada por el Ministerio de Producción, más especificamente por la Secretaría de Comercio. Predomina una visión heterodoxa de las causas que explican la inflación: es por puja distributiva, márgenes elevados de los formadores de precios y especulaciones en nichos concentrados de la economía.
Precios Máximos, Precios Cuidados, multas, sanciones, registro informativo mensual de ventas y stocks, aplicación de la Ley de Góndolas y congelamiento de 120 productos en almacenes desde junio. Desde hace varios meses, esta es la batería de medidas del Gobierno contra la inflación. Por ahora con resultados muy discretos a juzgar por los índices oficiales del INDEC: desde enero el promedio mensual de inflación es 4%. A este ritmo, es muy díficil imaginar una inflación 2021 por debajo del 45%.
En el segundo semestre del 2020, quien había tomado la batuta anti-inflacionaria había sido Martín Guzmán pero con otro enfoque: entendía que la excesiva emisión monetaria era la responsable del crecimiento inflacionario a partir de septiembre. Por eso moldeó un discurso de mayor austeridad aunque sin desechar las políticas de control de precios. Es decir: aceptaba cierta política del garrote contra los supermercados y alimenticias, pero no olvidaba que la verdadera causa de la inflación proviene de un fenómeno macroeconómico más amplio.
Pero el enfoque de Guzmán tuvo tres problemas. El primero es que requiere de mayor paciencia. Acomodar la macroeconomía y coordinar las expectativas lleva tiempo. No es para ansiosos. El segundo inconveniente fue la permanente suba de los precios internacionales de todos nuestros productos agropecuarios. Eso agregó un colchón inflacionario en varios productos derivados del maiz, soja y trigo que todavía persiste en las góndolas. Y el tercer problema es que no contemplaba la llegada de una segunda ola con nuevas restricciones y obligaciones de gasto.
El discurso de austeridad de Guzmán chocó contra las evidentes necesidades de asistir a varios sectores sociales y económicos afectados. De allí que el Ministro de Economía pida un alza más importante en las tarifas para poder compensar los gastos sociales que no estaban contemplados en el presupuesto 2021.
Pero así como Guzmán naufragó en su idea de combate a la inflación, el ala heterodoxa del Ministerio de Producción tampoco le encuentra la vuelta. La aplicación de la Ley de Góndolas y el congelamiento de 120 productos parecen ser las próximas balas para frenar la escalada de precios. Si esto tampoco resulta positivo, ¿podrá Guzmán liderar nuevamente el discurso anti-inflacionario?
Otro sector que está en el ojo de la tormenta es el textil: las vestimentas tuvieron un aumento del 80% en el último año. Es dato oficial del INDEC. Y ese sector, a diferencia del alimenticio, no ha tenido controles. Al contrario, se ha visto bastante protegido por la fuerte caída de las importaciones.
El actual Secretario de Industria de Nación, Ariel Shale, fue justamente el líder de la fundación “ProTejer” hasta el 2019. Los precios, sin embargo, no parecen muy protegidos.
