Es conocida la maldición de los gobernadores, realizada por la Bruja de Tolosa al fundador de La Plata, Dardo Rocha, el día que la ciudad nació en 1882. Desde entonces, al menos una docena de gobernadores de la Provincia de Buenos Aires intentaron ser Presidentes de la Nación, pero ninguno pudo.
De distintas formas, muchos gobernadores bonaerenses quisieron sentarse en el sillón de Rivadavia, y el único que pudo lograrlo fue, también, el único que intentó combatir la magia con más magia: Eduardo Duhalde. Con el detalle de que no fue electo por el pueblo.
El parpsicólogo Manuel Salazar llevó a cabo, en la piedra fundacional de La Plata -mismo lugar que la bruja tolosana realizó la maldición-, un ritual para que el hechizo de la bruja sea revertido y "El Cabezón" sea presidente.
Esto tuvo lugar la noche San Juan (24 de junio) de 1999, en el medio de la Plaza Moreno, con una multitud de personas acompañando a Manuel Salazar, quién estaba convencido que Duhalde sería presidente, pero para ello debía vencer la maldición.
En una noche lluviosa, más de 500 personas se encontraban con el brujo, que comenzó su recorrido dejando cenizas desde 13 y 50, acercándose poco a poco a la piedra fundacional.
Colocó alrededor de 20 botellas de alcohol (sidra y vino) en la piedra. Los mal pensados dirán que se las tomó y puso de excusa el ritual, pero lo cierto es que el rito que dio inicio a la maldición en 1882 también involucró varias botellas de alcohol. ¡Quizá el vino da poderes!
Lo cierto es que Salazar miró hacía la catedral y, encuelto en mística, dijo: "Deñor Duhalde, sea usted bienvenido a la Presidencia de la Nación".
Si bien ese año no lo eligió el pueblo, Eduardo Duhalde logró ser el máximo mandatario en 2002, convirtiéndose en el único Gobernador en ser Presidente de la Nación desde que se echó la maldición a Dardo Rocha.
