Teodora Caro tiene 64 años, nació en Bolivia y actualmente vive en La Plata. En el 2020 fue distinguida por el municipio como una de las mujeres inmigrantes destacadas en nuestra ciudad.
“En mis años que estuve en Bolivia, me desempeñé como docente en colegios de pueblos de Oruro. Emigré a Argentina a los 25 años en búsqueda de otras oportunidades laborales y estabilidad para mi familia. En ese momento tenía a mis dos hijos, de 5 y 3 años, y mi esposo”, cuenta Teodora en diálogo con LAPLATA1.com.
A diferencia de lo que habitualmente se cree, Teodora dijo que nunca tuvo problemas en la adaptación. El hecho de que haya crecido tanto la comunidad boliviana en Argentina, y especialmente en La Plata, también ayuda en ese proceso de transición.
Según comentó, su primer lugar de aterrizaje al país fue Banfield: “Pude alquilar y trabajé en diferentes labores. Venta de ropa, venta de verdura, e hice un curso de peluquería, que me permitió un trabajo más remunerado. Mis hijos pudieron continuar con la escolaridad, y terminar sus estudios secundarios”.
“A la edad de 35 años tuve una hija nacida en Buenos Aires. Y con mi familia nos surgió una oportunidad para mudarnos a la Ciudad de La Plata, donde pudimos comprar un terreno y edificar nuestra propia casa”, agregó Teodora.
Actualmente vive en nuestra ciudad: tiene un almacén atendido por ella y logró conformar una familia bastante numerosa. Su esposo se dedica a la construcción.
Consultada sobre cómo es su relación actualmente con su país natal, destacó: “Continúo muy vinculada a mi país de origen y he ido con motivo de vacaciones en dos oportunidades, pero no volvería a vivir allá. A pesar de que la situación en Argentina no es estable, debo mucho a este país por las grandes oportunidades que se me presentaron”.
“Siempre tuvimos una mente muy positiva para que frente a ciertas dificultades que podrían presentarse no nos surjan dudas de nuestra estadía en Argentina. Nos adaptamos rápido a la vida acá. Sí extraño a mi país, pero sabemos que acá hay una gran comunidad de bolivianos, y en nuestro círculo mantenemos nuestras costumbres como festividades, y eso no nos permite desligarnos por completo de nuestro país”, señala Teodora.
“De La Plata lo que me gusta es la tranquilidad, a diferencia de lo que es Capital Federal. Y la gente es muy cálida”, apunta Teodora, que también es referente de la Federación de Instituciones Bolivianas de La Plata.
