Huyó de las bombas de la Segunda Guerra Mundial en Italia, giró por toda Europa y hoy vive en La Plata: "Tardamos 25 días"

La Plata 04/06/2021 . Hora: 11:07
Huyó de las bombas de la Segunda Guerra Mundial en Italia, giró por toda Europa y hoy vive en La Plata: ”Tardamos 25 días”

José Marraffini nació en 1939 en Italia, en medio de la Segunda Guerra Mundial y los bombardeos. Luego de girar por toda Europa, desembarcaron finalmente en Ensenada. Hoy, desde el barrio La Cumbre, de La Plata, cuenta su increíble historia de vida en LAPLATA1.com.

“Nací 1939 a pocos meses de comenzar la Segunda Guerra mundial. Eso conllevó a que ya de chico en el pueblo suframos las consecuencias de la ocupación nazi-fascista. Desde muy pequeño estuve acostumbrado a las penurias porque estábamos cerca de un frente de combate. Ahí pasaban los cañonazos y los bombardeos. Dormíamos y los cañonazos surgían por encima de las casas. Era algo habitual”, recuerda José.

DENGUE PBA

Cuando terminó la guerra, la situación estuvo lejos de solucionarse. Italia había quedado arrasada y derrotada. “En 1946 cuando mi padre volvió del frente de batalla, decidió partir de Italia y juró no volver nunca más. Se fue a Bélgica a trabajar en una mina de carbón. En ese momento, había una crisis muy grande en Italia, peor que durante la guerra. Estábamos 25 metros bajo tierra”, dice José.

En 1947 empezaría una larga travesía: su padre le comunicó al resto de la familia la conveniencia de venir para Bélgica. La situación allí era bastante más holgada. “Tardamos cuatro días en llegar”, cuenta José. “Era otra vida, otro nivel. Si bien tenía que trabajar duro en la mina de carbón, al menos había comida y escuelas por ejemplo”, agrega.

MOSQUITO MLP

En ese momento, él tenía solo 8 años. Fue una etapa muy difícil: dejó amigos y tradiciones. En aquella época, las diferencias entre países de Europa eran más pronunciadas. José tuvo que aprender francés y rearmar su infancia. Pero pronto volvió a desarmarse: estaba el temor de que se desatara una Tercera Guerra mundial. La tensión entre la Unión Soviética y Estados Unidos estaba a flor de piel.

Por eso, comenzaría una nueva expedición: llegar a la Argentina. Allí tenían varios parientes. Pero el arribo fue un caos: no pudieron salir desde Bélgica y les ordenaron hacerlo desde el norte de Francia. Pero era tan grande el aglomeramiento de personas que los derivaron a Bourdeaux, en el sur de ese país. Otra vez trajinar: “Íbamos con un montón de cosas encima porque desde Argentina nos decían que llevemos todo lo que podamos. Mi papá iba buscando hoteles hasta llegar al sur de Francia. Fueron cuatro días viajando de esa manera para poder partir”.

CABA - DENGUE

“Nos embarcamos en un barco que era más para ganado que para personas. La gente venía apiñada, tardamos 25 días de mar. Cuando llegamos a Montevideo había una neblina terrible y entonces se demoró todo y no pudieron recibirnos todos nuestros familiares. Fuimos a vivir a la casa de mi abuelo, en Avellaneda. Pero nuestro destino final era Ensenada, donde teníamos otros familiares por parte de mi padre”, recuerda.

No fue fácil asimilar las nuevas condiciones: “Era una casita de madera y nos costó mucho adaptarnos. Era una casita precaria, no estábamos acostumbrados. En invierno se metía el frio por todos lados. Casi nos volvemos de nuevo a Europa por mi madre. Ella tenía muchas ganas de volverse a pesar de que la mayoría de su familia estaba acá. Pero pudimos convencerla”, agrega José.

Vivió toda la niñez y juventud en Ensenada. Su primera escuela fue el Don Bosco. Llegó en septiembre cuando estaban por terminar el ciclo lectivo. “Era de nuevo hacer amigos, cambiar de idioma y de costumbres”, asegura. Pero afirma que pudo insertarse con bastante velocidad, inclusive con muy buenas calificaciones. Luego estudió en la Facultad de Ingeniería y también pasó por la fábrica de Peugeot, donde participó de lanzamientos históricos.

Por otro lado, tuvo la oportunidad de volver a Bélgica y recontrarse con sus amigos de la infancia. Uno de ellos es Michel Lemaire, locutor y se desempeña tanto en radio como en televisión. "Es una persona muy famosa allá. Como si fuera Fernando Bravo. Ese viaje fue algo muy importante", contó.

Actualmente José forma parte de la Federación de Asociaciones Italianas de La Plata. “Esta ciudad se construyó con la mano de obra italiana. Para que tengas una idea: cuando en La Plata había 10.500 habitantes, la asociación mutialista Unione e Fratellanza tenían 4.700 socios. Justo la mitad. Todos los edificios fueron construidos por manos italianas, por ejemplo la Catedral. La influencia es muy grande”, explica.

En el 2001, sin embargo, vivió otro cimbronazo. Por la crisis, su hijo decidió marcharse a Italia. Fue una dolorosa despedida en Ezeiza (foto).

“Se fugaron cualquier cantidad de gente. Mi hijo se fue a Italia porque tenía la ciudadanía. Trabajó tres años en el norte, y después fueron a Marbella. Finalmente se terminaron quedando en España. Él decidió ese camino y yo no se lo iba a impedir. Es una elección de vida, sobre todo por la situación desesperante que había acá en esa época: le habían robado todos sus ahorros”, completa José.

82 años de pura intensidad y lucha.

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