A 28 años de haber captado todos los focos nacionales, la Casa Embrujada de Madariaga sigue siendo un conocido mito urbano argentino y resalta en los medios de comunicación del país.
En el último tiempo, volvieron a ahcerse eco de la historia La 100,el diario La Nación y -quizá el más relevante- el youtuber Damián Kuc en su ciclo "Historias Innecesarias".
Según cuenta Central de Noticias de Madariaga, el hecho comenzó en abril de 1993, cuando los vecinos de la calle Urrutia al 500 comenzaron a preguntarse sobre los ruidos que salían de una humilde casa abandonada. Con el fin de sacarse la duda, llamaron a la Policía, cuyos oficiales llegaron escépticos y se fueron aterrados.
Al arribar, la imagen era lúgubre: la precaria casa no tenía luz, y las velas descubrían retazos de muebles abandonados. Inspeccionando la vivienda, los oficiales comenzaron a escuchar ruidos extraños. Uno jura que vio moverse descontroladamente a las sillas, otro asevera que los repasadores salieron volando aleatoriamente.
Decidieron pasar la denuncia a la ciudad de Mar del Plata, el problema era qué redactar sin sonar infantil. Al poco tiempo, comenzaron a hacerse eco los medios de la ciudad costera, reportando los hechos el Diario La Capital y el Canal 8.
Luego, empezó la caravana de medios nacionales en la ciudad de Madariaga, en lo que fue un hecho insólito para el tiempo, debido a toda la logística que conllevaba trasladar los equipos desde Capital Federal con la tecnología de la época.
Los canales 13, 11, 2 Crónica y CVN desfilaron por la calle Urrutia para noticiar los hechos paranormales. Incluso los programas políticos dedicaban serios debates a la casa embrujada de Madariaga, inexplicable por donde se lo vea.
Por suerte, cuando un hecho es inexplicable, es cuando más explicaciones hay. La primera fue de una vecina, María Ferreyra, que afirmaba con total seguridad que se trataba del espíritu de su abuelo, Timoteo, quién "no había tenido un entierro como Dios manda" y su alma penaba por aquellos lares.
Por otra parte, la parapsicóloga y tarotista madariaguense, Susy López, explicaba que se trataba de un fenómeno poltergeist y que había echado al espíritu burlón de la casa. Desde el catolicismo, el cura Don Pedro advertía que el espíritu iba a regresar "7 veces más fuerte".
Hasta que llegó Mario Carolio, dueño de la rotisería que quedaba a media cuadra. Sin mucha vuelta, Carolio develó el misterio para todos.
El rotisero comentó que entró con los policías aquella noche y que, efectivamente, las cosas se caían del techo de una manera muy sospechosas. Sin embargo, también aclaró que pudo ver a Julio Nazareno (nieto de María Ferreyra) arrojando cosas al techo, que terminaban cayendo a la casa, debido a que estaba roto completamente.
El mismo Carolio admitió alimentar los mitos, tirando unas papas desde su rotisería, lo que mantuvo la atención por unos días más.
