El miedo a la inversión siempre estuvo. Soltar los ahorros (la mayoría en dólares) para depositar los sueños de la casa propia en personas desconocidas, es un riesgo que pocos asumen.
Hace más de una década, varios platenses decidieron cumplir el anhelo de tener su propio espacio que, a base de esfuerzo y sacrificio, pensaron cristalizar. Aunque no lo lograron.
El engaño fue el principal protagonista de esta historia. El edificio ubicado en 38 entre 3 y 4, el lugar a habitar. Fueron 12 años de espera, de incertidumbre. Pero dijeron basta. La obra está paralizada hace cuatro años y va de la mano con uno de los emprendimientos de un empresario que debe afrontar un juicio oral y que hace poco tiempo fue procesado por otras estafas millonarias.
Para entrar en tema, este emprendimiento se trata del "Fideicomiso Inmobiliario de calle 38 número 431" donde varios fiduciantes concurrieron con una escribana pública y tomaron posesión del lugar. En ese marco, uno de los hombres perjudicados relató que volvió al lugar y encontró "la obra en el mismo estado que hace un año atrás”, mientras que otra persona agregó que concurrió hace cuatro años y “se encuentra en igual situación".
En el lugar, los damnificados se encontraron un trompo mezclador, dos carretillas, bolsas de cemento y cal, un motor de elevación, ladrillos, dos tanques de agua y varios caños de PVC. Sin respuesta judicial y luego de varios años de espera, las personas damnificadas designaron un nuevo fiduciario (una especie de administrador responsable del proyecto) para reimpulsar la obra, entre otras tareas.
El empresario en cuestión es Bruno Billiani, quien tiene varias cuentas pendientes con la ley, tanto en el fuero Penal como en el Civil y Comercial de La Plata.
