En el 2002 quebraba la empresa “Río de la Plata”, más popularmente conocida como “Río” por los platenses que la utilizaban para ir a Capital Federal.
Inclusive, no son pocos los platenses que aún le siguen diciendo “Río” al servicio que se presta desde La Plata a Capital Federal. La empresa no solamente realizaba ese recorrido, sino que había ampliado con el correr de los años su cobertura a varios distritos del conurbano, la costa atlántica e incluso ofrecía el servicio para los viajes de egresados.
La década del 90 marcó el principio del final de la vida de esta empresa tras varios años de deudas y reclamos gremiales.
La medida de la Justicia en aquel septiembre del 2002 generó la peor de las incertidumbres para los 700 empleados de Río. Muchos de ellos, de todas formas, luego fueron absorbidos por el conglomerado de empresas que continuaron con ese servicio.
Sin embargo, esta crónica sobre la decadencia de la compañía empezó a escribirse en 1998, cuando la empresa se declaró en convocatoria de acreedores.
Pero los inconvenientes se profundizaron en el 2001 cuando los empleados, ante la reiterada falta de pago de sus salarios, protagonizaron un paro total de actividades que se extendió por un plazo de dos meses.
¿Por qué llegó a la quiebra? Entre las causas que llevaron al desequilibrio económico de la empresa se señala una estructura de personal sobredimensionada, con acuerdos contractuales vigentes de épocas donde el mercado de transporte era una actividad regulada; la competencia desleal de los nuevos actores, la reducción del costo de los pasajes aéreos en los vuelos de cabotaje, los peajes y los numerosos juicios que deben afrontar a partir de la crisis de las compañías de seguros.
En el 2007 remataron los galpones, predios, vehículos y bienes mueble que pertenecían a la empresa. Uno de ellos era un importante inmueble ubicado frente a la estación de 1 y 44.
Muchas unidades, sin embargo, todavía se siguieron viendo al costado de las rutas o abandonadas en distintos galpones donde fueron blanco predilecto de ladrones.
Una empresa que supo ser muy querida por los platenses y que todavía persiste en el recuerdo a pesar de que casi ya pasaron dos décadas de su quiebra.
