Alejandra es platense, tiene dos hijos y es una de las personas que quedó atrapada en el sistema de Créditos UVA.
En diálogo con LAPLATA1.com, comentó que fue de las últimas en tomar el crédito antes de que estallara la crisis cambiaria y la aceleración de la inflación que provocó la disparada de las cuotas. Lo sacó en marzo del 2018.
“Toda mi vida trabajé en dos lugares, nunca podía acceder a una vivienda. He tenido 8 mudanzas. La información que daba el banco era escasa, pero creí que era una buena oportunidad. Por consejos de familiares, me decían que era una buena posibilidad”, comenta Alejandra.
Era el sueño que siempre había tenido después de peregrinar por diferentes lugares. Con el crédito, pudo adquirir un departamento de dos dormitorios, de 75 metros cuadrados cubiertos.
Sacó 2.300.000 de pesos. Hoy debe 7.500.000. Y asegura que aun vendiendo la propiedad, seguiría estando en números rojos. Como muchos otros que sacaron créditos UVA, la alternativa de vender no la desecha. Pero también aquí juega un detalle no menor: la parálisis del mercado inmobiliario producto del cepo dificulta la posibilidad de vender.
“Es imposible de pagar salvo que haga algún ilícito con el sueldo que tiene la mayoría, de clase media”, dice Alejandra, que trata de ponerle algo de humor a un panorama muy complejo.
Cuenta, además, que le cuesta dormir a las noches. “Somos todas familias que trabajamos, sabemos lo que es el mérito, el esfuerzo y el sacrificio. Hace 3 meses que ya no miro más lo que debo porque me estaba enfermando”, agrega.
Tocó todas las puertas: Concejo Deliberante, Banco Provincia, abogados, manifestaciones en las calles. Pero nadie le brinda soluciones.
También acudió a la Justicia. Presentó una medida cautelar: en primera instancia le fue favorable, pero luego fue rechazada en la Cámara.
“No salimos a cortar las calles porque somos laburantes y sabemos lo que es afectar a otras personas. Me arrepiento de haberme metido en un crédito así, pero a veces pienso que todas las cosas son por algo. Espero que de esto vaya a salir algo bueno. Siempre me levanto con la esperanza de que algo va a mejorar. Nos merecemos tener una vivienda. La vamos a pelear hasta lo último que podamos”, completa Alejandra.
