En la década del 90 irrumpieron con fuerza los tenedores libres en todo el país. La Plata no fue la excepción.
Pero el modelo parece completamente agotado. Por un lado, influyen los costos fijos muy grandes, porque deben cocinar mucha comida que, si no se vende, se desperdicia. Además, se suman tickets promedio muy altos, lo que complica su permanencia en tiempos de bolsillos ajustados.
El cierre del Nuevo Argentino en el 2019 fue, quizás, el último símbolo del modelo de “comer hasta reventar”.
Sin embargo, un esquema parecido empezó a surgir en los últimos años. Primero en Capital Federal, y luego llegó a La Plata: la comida por peso.
LAPLATA1.com dialogó con Marina, encargada de Salva, una de las casas de comida por peso ubicada en el centro platense. Pero así como lo tenedores libres sucumbieron ante la inestabilidad económica y la recesión pre-pandemia, los locales de comida por peso sufrieron ante las restricciones en la circulación de personas. Fue un golpe seco para este sector.
“Tuvimos que modificar la modalidad de trabajo. La comida por peso funcionaba mucho por el andar permanente de la calle. Al haber restricción de circulación, hizo que este modelo dejara de ser rentable”, contó.
“No puede sostenerse de esta manera. Por eso tuvimos que incorporar el servicio de delivery para menús clásicos predeterminados y con precio. Seguimos teniendo el precio de la comida por peso como referencia, pero al trabajar con plataformas se encarece un poco porque las comisiones son altas. Tampoco basta con tener nosotros el reparto porque la gente termina prefiriendo pedir la comida por el celular y acceder con plataformas que tienen otro tipo de funcionamiento, bonificaciones y descuentos”, agrega.
Y completa: “Es un mal necesario. Pero es la única manera de poder sostenernos para poder seguir en carrera. El problema es que no haya gente trabajando en oficinas. Para volver a lo que éramos antes, todavía sigue faltando mucho”.
Actualmente Salva funciona con esquema mixto: "viandas" predeterminadas y comida por peso al mediodía.
¿Caerá en gracia este negocio como los tenedores libres, o habrá una resurrección tras la pandemia?
