Un mago platense era furor antes de la pandemia y sobrevivió gracias a los zapatos y el pan casero: "Me salvaron las papas"

Sociedad 04/08/2021 . Hora: 09:41
Un mago platense era furor antes de la pandemia y sobrevivió gracias a los zapatos y el pan casero: ”Me salvaron las papas”
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

El Mago Max es uno de los ilusionistas más queridos en La Plata. Tiene 28 años y desde hace 10 se dedica completamente a la magia.

PROVINCIA NET

Pero llegó la pandemia y todo se vino abajo. Sin embargo, el Mago Max tenía un as bajo la manga: su antiguo oficio de zapatero y una nueva habilidad gastronómica. “Esas dos cosas me salvaron las papas”, cuenta a LAPLATA1.com.

Su nombre real es Leandro Quinteros. “La magia me empezó a gustar desde los 11 años. En unas vacaciones de invierno estaba aburrido y yo tenía una compu con internet. Entonces me puse a ver trucos de magia y me recontra enganché. Y ya a los 12 hice mi primer show en el cumpleaños de mi primo”, repasa.

REINO DE LOS CHOCOLATES

Después hubo un bache. Leandro recién retomó la magia a los 18 años y desde allí no paró más.

CÁMARA DE DIPUTADOS PROVINCIA DE BUENOS AIRES 1

“Hoy es mi fuente de ingreso y laburo. Dicen que para llegar a fin de mes hay que ser mago, pero bueno, yo creo que ni siendo mago se puede”, comenta con humor.

La llegada de la pandemia fue muy dura para todos los magos. Leandro decidió no hacer shows virtuales. Dice que la magia es “algo presencial” y que “no se puede mostrar en una pantalla”. “Hay que vivirla”, subraya.

Los ingresos por la magia se fueron a cero. Y tuvo que activar un Plan B: su antiguo oficio de zapatero.

“Yo era zapatero cuando tenía 18 años. Aprendí el oficio en ese momento cuando trabajaba en un local de 13 y 36. Me enseñaron el oficio y el dueño fue como un padre para mí. Como la gente me conocía, empecé ahora en pandemia a hacer laburos en mi casa. Arreglaba zapatos, pelotas y mochilas por ejemplo”, cuenta.

Pero el Plan B también incluyó sus habilidades gastronómicas. Y es que Leandro también trabajó en casitas de fiestas como mozo cuando era chico. Eso le permitió conocer algo de cocina y decidió hacer su propio emprendimiento de comidas caseras en su casa. “Empecé a vender tortillas, sorrentinos y pan casero”, asegura.

Gracias a estos dos oficios pudo pilotear la dura realidad económica. Hoy el panorama es diferente. Más esperanzador.

“Ya llevo 35 shows de magia desde diciembre hasta hoy: tengo la agenda reservada hasta noviembre. La gente se está animando de nuevo a celebrar”, dice Leandro que nunca dejó de ensayar e invertir en magia a pesar de que en el 2020 estaba todo cerrado.

Dejar un Comentario