Gustavo es una platense que la rema desde hace mucho tiempo. Fue remisero y taxista durante 20 años pero en el 2015 pegó un giro de 180 grados: ahora es el rey de las milanesas a la napolitana.
Actualmente funcionan en 50 y 139, pero el lugar guarda muchas historias. Buenas y malas. Se llama “La Milanesa en Bicicleta”.
Gustavo dialogó con LAPLATA1.com y brindó detalles de este particular nombre y cómo avanzó este emprendimiento familiar que creció a pasos agigantados.
“Surgió en el 2015. Mi hijo se había quedado sin trabajo. Entonces ideamos acá mismo en mi casa, en un garaje, la idea de hacer algo gastronómico. Terminé de arma dos bicicletas y nos pusimos a hacer sanguches de milanesas”, recuerda.
De allí salió el nombre. El delivery era en bici. Pero duró poquísimo. Y por buenas razones: “Cuando armo las dos bicicletas, el primer día de laburo exploté. Me llamaron de todos lados. Ya al día siguiente no podíamos laburar con tantos pedidos, entonces compramos una motito. El nombre quedó así pero las bicis nunca se usaron”.
“No paramos hasta el 2017, pero allí ocurrió el primer siniestro: se me prendió fuego el negocio por una mala instalación. Era mi mejor momento, estábamos laburando muy bien. No teníamos ningún seguro, entonces tuvimos que alquilar otro local a dos cuadras. Laburé como un loco porque ese local debíamos hacer todo a nuevo. Puse mucha plata y laburé como un mono”.
Luego volvieron al garaje pero en el 2019 retornó la desgracia: un nuevo incendio por culpa de un freezer. Gustavo llegó a tener dos repartidores y trabajó sin parar a pesar de estos dos golpes.
En los últimos meses debió trabajar en la cocina y por motivo de la pandemia laburó solo en el turno de noche. Ahora volvió a abrir el juego y también atiende al mediodía.
La vida de su hijo también tuvo muchos idas y vueltas. Cuando el negocio caminaba, el joven se fue a probar suerte a San Luis. Hoy volvió a La Plata y ayuda a su papá.
Gustavo prefiere ser precavido y no se agranda: “Yo hago una milanesa napolitana para que coman tres personas. Y con el sanguche lo mismo: comen dos personas. Pero no me jacto tampoco del tamaño, nunca dijimos que eran las más grandes de La Plata”.
“El boca a boca es muy importante. Seguimos firmes y para adelante”, completa este emprendedor platense que dejó el remis para meterse en el mundo de la milanesa.
