Luciana tiene a dos hijas cursando en las escuelas dependientes de la Universidad de La Plata: el Liceo Víctor Mercante y la Anexa.
Y traza un panorama para nada esperanzador. En diálogo con LAPLATA1.com, Luciana cuenta cómo ha sido el irregular desempeño de ambas escuelas.
“Mi hija que va al Liceo está en tercer año. En el 2020, el Liceo respondió mejor que la Anexa. Los profesores daban clases casi todos los días, de manera virtual, y había mucho contacto con los chicos. Fue difícil para todos pero se acomodaron bastante bien”, comienza su relato.
Pero el 2021 no marchó como esperaba: “El problema comenzó este año. En el Liceo definieron una organización de una semana presencial y dos semanas virtuales. Los chicos del Liceo encima empiezan un poco más tarde que Provincia. En el caso de mi hija, tuvo clases presenciales solo dos días en marzo, y luego decretaron que se cerraba la escuela nuevamente. Recién volvió a la presencialidad tras las vacaciones de invierno. Fue muy difícil”.
El curso de su hija fue dividido en dos burbujas. Una semana le tocaba presencial a una burbuja, luego le correspondía a la otra y había una tercera semana de virtualidad con una clase general para todo el grado.
Luciana recuerda que esa tercera semana de “encuentro” también tenía muchos “faltazos” por parte de los docentes. La falta de internet y el corte de luz fueron las excusas más habituales, según cuenta la mamá. Pero aún peor era esa semana intermedia donde la otra burbuja tenía clases presenciales: la burbuja sin presencialidad quedaba en un limbo los 5 días.
“Lo de los profesores no se entiende. Envié varias notas a las autoridades. Hubo un viernes donde directamente suspendieron las clases porque no iba ningún docente. El Colegio me decía que no podían obligar a los profesores, y que estaban haciendo el máximo esfuerzo. Pero para mí no estaban dando el máximo esfuerzo”, agrega.
“Que les pasen una película, que les hagan discutir un libro, que hablen de la ESI, pero que estén en la escuela. La sensación es que todo el tiempo los mandaban a casa. Tienen en el Liceo por lo menos 5 semanas menos de clases que en Provincia”, explica Luciana.
¿Y en la Anexa? Su hija está ahora en cuarto grado, pero el 2020 fue traumático. Su maestra recién tuvo internet en mayo, con lo cual perdió casi dos meses completos de escolaridad. Y, desde mayo, solamente tenían un Zoom de 40 minutos los viernes.
“Les dieron un cuadernillo y lo tenían que completar solos. Para muchos padres fue una pesadilla. Los chicos no entendían o no se querían sentar a resolver los ejercicios. La escuela no estaba presente”, cuenta Luciana.
Por otro lado, reconoce que este año se organizaron mejor, pero aún así tienen solo 3 horas de clases en la semana que le corresponde virtualidad. Cabe destacar que todavía estos colegios que dependen de la UNLP no se sumaron a la “presencialidad plena” establecida por Provincia.
“Nuestros chicos están yendo supuestamente a una escuela de excelencia y de avanzada, y hoy por hoy la Universidad no está haciendo el máximo esfuerzo. Queremos que se extienda el ciclo lectivo, la enseñanza está muy cortada, cada semana se trunca por la virtualidad. Mi hija está en cuarto y todavía están dando cosas de tercer grado en matemática. No están avanzando. ¿Cómo se va a recuperar esos contenidos?”, cierra.
