Julio Garro pudo volver a “chapear” con una elección superior al 40% en La Plata. Sin embargo, una mirada más detenida da cuenta de la dependencia que tiene de algunos de los subsectores.
Por ejemplo, está clara la importancia de los “paladares negros”, entre los cuales podemos mencionar a Fernando Ponce, Julieta Quintero, Darío Ganduglia, Luis Barbier, Darío Alfano y Juan Manuel Martínez Garmendia.
No es menor el dato de Villa Elvira, zona de influencia de Barbier y Alfano: allí la lista garrista se impuso 65 a 35% en la interna contra la fuerza radical. Son dirigentes imprescindibles para consolidar el voto propio de Garro. Lo mismo ocurre con Nelson Marino, una de las "mano derecha" del intendente y con un gran peso en la zona oeste de la ciudad. Hoy se encuentra "desprendido" de los "paladares negros" pero aporta una estructura que no se puede despreciar.
Por su parte, la contribución de la UCR fue también determinante para que Juntos alcance el 45% en La Plata. Las listas de Frangul y Rovella aportaron un 16% impulsados por el envión de Manes en nuestra ciudad.
Quedan interrogantes que no podrán saberse: si la UCR a nivel local encabezaba con Sergio Panella, ¿podría haberse quedado con un triunfo ante la lista de Garro local? Hubiera sido un test muy exigente para el actual intendente.
Si se toma como comparación con la elección del 2017, hay algunas señales de cierta alarma para Juntos en La Plata. En ambas, a nivel provincial, Juntos (Cambiemos en aquella ocasión) ganaron por 4-5 puntos. Pero en el 2017, Cambiemos había arrasado ganando por más de 20 puntos y alcanzando el 50% de los votos. Ahora ganó con margen pero por 11 puntos. Y, en este caso, con doble boleta. El voto puro de Santilli-Garro en La Plata orilló el 26%, por debajo del 33 cosechado por el Frente de Todos en nuestra ciudad.
