Verónica se ha transformado en la “reina del pochoclo” de Los Hornos. En diálogo con LAPLATA1.com cuenta su historia: desde el cierre del Zoológico de La Plata hasta estos días donde su negocio camina viento en popa.
“Yo trabajaba en el Zoo. Me crié vendiendo en las calles del bosque. Fue parte de toda mi vida. Tenía un puesto en el lago y, al cerrar el zoológico, muchos quedamos sin trabajo”, recuerda Verónica.
Según cuenta, desde los 6 años recorría aquella zona del bosque junto a sus papás. Y es que la venta de copos de azúcar y pochoclos es algo familiar que se trasladó de generación en generación. El cierre del Zoo fue un masazo. “Muchos quedamos a la deriva”, enfatiza Verónica.
Pero no se quedó de brazos y tuvo que reinventarse. Tenía la máquina y el conocimiento. De allí surgió “Copitos de Azúcar Ori Los Hornos”. Vende copos, manzanas con caramelo y pochoclos de colores. Todo por encargo. Ideal para cumpleaños, eventos y pijamadas, dice Verónica.
Vero es una luchadora. También trabajó en una fiambrería y como personal doméstica. La pandemia agravó todo y hoy su salvación son los famosos copos de azúcar. Una tradición que la sostiene.
Todavía hay parte de su familia que trabaja en las inmediaciones del Zoo vendiendo, pero asegura que “no es lo mismo”. Ya no circulan tantos niños.
“Mi papá y mamá vendieron toda su vida en el zoológico y uno ya lo lleva en la sangre”, agrega. Romi tiene 8 hermanos e increíblemente todos están relacionados a este particular negocio.
“Fue muy triste cuando cerró”, insiste esta joven que ahora lleva la herencia familiar a las redes sociales.
